El chiste del rabino

Por Mauricio

Cuenta el chiste que en la Austria post primera guerra mundial, un rabino se encontraba atribulado en la estación de trenes de Viena. Vestido en sus tradicionales vestimentas, el barbudo personaje se tambaleaba por los andenes llevando a cuestas dos pesados baúles. ¿Es Usted antisemita? preguntaba frenéticamente a quien se le cruzase por el camino. Los vieneses turbados ante tan directa pregunta respondían tajantemente: ¡No, en ningún caso! Pasaba el tiempo y el rabino solo seguía acalorándose más y más mientras trajinaba la estación con su pregunta y la invariable respuesta. Finalmente, encuentra un pasajero que campante le responde: Sí, soy profundamente antisemita. Odio a todos los judíos. El rabino abre los ojos y exclama: ¡Enhorabuena! ¡Al fin encuentro una persona honesta! En ese caso, ¿podría usted cuidarme estos baúles mientras voy a hacer unos trámites al frente?

No sé que tan bueno sea el chiste, pero me parece muy revelador de lo que sucede estos días. En los tiempos que corren, ya no es políticamente correcto declararse antisemita. Se considera anticuado y fascista. Eso no quiere decir por supuesto, que los antisemitas no existan. No están ni cerca de desaparecer. Simplemente se visten con otros ropajes, mas acorde a los tiempos que corren. Son igual o más ponzoñosos que su variante nacionalsocialista, pero su gracia consiste en que es difícil identificarlos. Es más, suelen adueñarse de causas que son (o parecen) nobles para el observador desinformado, que hoy en día, es casi cualquier ser humano con acceso a la internet o TV.


Durban II

Digo esto a propósito de un incidente menor, dentro de un absurdo mayor como lo es la conferencia de Durban II. Una conferencia que liderada nada menos que por Irán y Libia, trataría de debatir sobre racismo. Hoy, dentro de las manifestaciones de repudio al giro abiertamente anti-israelí que ha tomado la cita, un miembro de la delegación de Irán se dio el lujo de abusar verbalmente de Elie Wiesel, llamándolo sio-nazi.


Elie Wiesel

Para quien no lo conozca es hombre que sobrevivió el holocausto. El mismo Elie Wiesel que recibió el premio Nobel de la paz en 1986 por sus “esfuerzos en contra de la represión, violencia y racismo”. El mismo del Museo del Holocausto en Washington, DC. Elie Wiesel, a quien tatuaron el código A-7713, en su brazo solo para que décadas después lo levantara para denunciar y combatir el apartheid en Sudáfrica; dar a conocer el genocidio kurdo, recordar el de los Armenios y tratar de parar el de Darfur. Hoy, un diplomático de tercera categoría lo agarra a gritos con el peor de los insultos: el nombre de sus opresores. ¿Y qué sucede? Nada. El mundo calla ante un hombre que ha consagrado su vida a defender a las causas perdidas.


Chistes Nuevos

En parte no me sorprende tanto. De muestra un botón: España. Expulso a los judíos hace más de quinientos años y tal como decía, las cosas no han cambiado tanto. Según el último reporte de Pew Global sobre el tema, el 46% de los españoles tiene una visión desfavorable de los judíos, una manera simpática de decir antisemita. Es interesante notar que el reporte se refiere a los judíos, no a Israel. Es más, el estudio fue emitido en Septiembre de 2008, es decir un par de meses antes de la operación “plomo fundido” en Gaza. Me atrevo a decir que ese porcentaje debe haber a lo menos aumentado unos puntitos.

Dicho sea de paso, para bien o para mal España tiene bastante influencia política y periodística en Chile. De modo que si hiciéramos ese estudio localmente, ¿Cuáles serían los resultados? No pude encontrar estadísticas criollas, pero me imagino que no nos quedamos muy atrás de la madre patria.

Pienso mucho en ésto cuando veo las imágenes de marchas de repudio a las políticas de Israel (manifestaciones por lo demás totalmente legítimas). Pienso: si la gente en esa marcha fuese una muestra representativa, al menos la mitad de ellos podrían ser calificados de tener visiones desfavorables hacia los judíos/antisemitas. En cuyo caso, ¿Les importa realmente lo que Israel haga o deje de hacer? ¿O están ahí solamente por la oportunidad exhibir su odio sin inhibiciones?

También pienso en la otra mitad de gente que legítimamente posee aprensiones políticas o morales y en que medida se dan cuenta de la sinceridad de las pancartas del tipo de al lado.


El Punchline (o la parte chistosa)

Claro que actualmente estos esparcidores de odio hablan de los “sionistas” y no siempre de los “judíos”. El como interpretan “sionista” es bastante difuso, pero a mi me suena a “judío”. El conocido presidente iraní, Ahmadinejad, normalmente se refiere a los sionistas, culpándolos de todas las desgracias del mundo moderno. Desde la crisis económica hasta Darfur son responsabilidad de los sionistas.

Curiosamente, Ahmadinejad solo usa la palabra “judíos” cuando niega el holocausto. Si es muy claro en hablar de la conspiración sionista mundial, en particular en Estados Unidos. Es que los sionistas se encuentran en todos los países y son omnipotentes. Ahí es donde me entran dudas: ¿Seré parte de la conspiración? Soy judío, vivo en Estados Unidos y apoyo la existencia del estado de Israel (aunque no siempre este de acuerdo con lo que haga) lo que técnicamente hablando me califica como sionista. Caramba, ahora que lo pienso, hasta trabajo en finanzas. Algo debo estar tramando.

Para cerrar el círculo con Ahmadinejad, él fue el encargado de abrir los fuegos en Durban II. Canadá, Estados Unidos, Alemania, Italia, Nueva Zelanda y Australia entre otros ya habían anunciado que no asistirían a la conferencia dado el carácter anti-israelí (yo lo llamo antisemita) que estaba tomando. Durante la intervención del presidente iraní se retiró casi la totalidad de la Unión Europea por lo impresentable de sus teorías. Nuestros representantes Latinoamericanos se quedaron todos cómodamente sentados. Ahora abro youtube y escucho nuevamente como insultan a Elie Wiesel. Seguramente le recuerda su infancia.

Los insultos han cambiado, pero el mensaje es el mismo.