Editorial: Recapitulación

El Citizen Almeida nació hace casi un mes, sin propósitos escritos a fuego ni una línea editorial fija. En el camino se arregló la carga, y fue surgiendo en el transcurso de los 29 post actuales, una forma de leer las menudencias que nos depara el quehacer de Chile (menudo país para tanta verborrea, quizá).

A pesar de que en un principio buscó ser medianamente serio y analítico, de pronto quienes participamos de él nos volvimos monos y caminamos hacia la crítica y el humor. Creo que ambos caminos son válidos y no excluyentes, y hasta apuntan a lo mismo, pero requieren de espacios distinguibles, los que trataremos de delimitar en adelante.

Sin duda donde radica la mayor gratificación de quien ofrece este espacio (o sea, yo), es haber pulsado teclas en temas sensibles, lo que ha permitido una fabulosa expectación por parte de quienes lo leen, permitiendo además que más voces ("corresponsales", comentaristas y bloggeros) se integren a este espacio, que trata de ser como una mesa larga, en la que surgen conversaciones generales y laterales, gritos y cuchicheos, grandilocuencias, naderías y tallas.

Este es al final el sentido de proseguir, por lo que la invitación queda abierta.

Y para seguir, entonces, no me queda más que recomedar el post de Piso Dos "¿qué crisis?", en que se responde a las proposiciones de El Ecomomista Marginal, recién salido del horno.

Un poco más atrasado, pero atingente a todo el debate que se dio en torno a la prensa y el fútbol, también destaco el artículo "Cómo cambiarle la cara al fútbol chileno... sus orígenes", de Lobo Estepario, alias Juan Carlos Santa Cruz.