martes, 21 de abril de 2009

Sebastián Piñera y su Plan Cultural 2.0 (o “olvídense de lo que dije antes. Esta sí que es mi política cultural”)

Por GB (conocer al corresponsal)

“Qué habría escrito Neruda, qué habría pintado Picasso” es el tipo de reflexión que nos sugiere en El Citizen Almeida esta reformulación de la política cultural del candidato presidencial Sebastián Piñera, subida hace unos días a su sitio web. “Aunque a la mona la vistan de seda…” es otro dicho que se nos viene a la mente, en especial porque este rimbombantemente denominado “potente proyecto de desarrollo cultural” no hace más que confirmar declaraciones anteriores del candidato así como nuestro propio estudio de (no) ficción sobre sus intenciones ocultas.

A continuación, citamos el potente proyecto en cuestión y lo leemos entre líneas (en rojo):

CHILE ES SU CULTURA, por Sebastián Piñera
(pinche aquí para ver el original y comprobar que no estamos mintiendo)


Cuenta una leyenda oriental, que un anciano recibió de un benefactor dos monedas. Con una compró (bla, bla, bla, bla. Anécdota irrelevante para asegurar que el hombre vive de algo más que bienes materiales como aviones y canales de televisión. Ahorrémosle el parto al lector y pasemos al segundo párrafo)

Convencidos de que “no sólo de pan vive el hombre” (en Chile también vive de té) y de que la cultura es el espejo del alma de Chile, hemos elaborado un potente proyecto de desarrollo cultural que permita a todos alimentar su alma y enriquecer su espíritu, especialmente con nuestra cultura. Esa que con tanto talento representan nombres como Huidobro, Mistral, Neruda, Arrau y los Parra (nombres que en su mayoría jamás hubiesen votado por mí). Pero también la cultura de nuestros pueblos originarios (los españoles), de nuestras colonias de inmigrantes (Colonia Dignidad), del campo chileno (el huaso Clavel, la Rupertina y tantos otros) y de tantos personajes populares que emergen como las flores en un desierto florido (¿cómo les quedó el ojo con esa metáfora?).

Por estas y mil razones la creación, promoción y difusión de nuestro patrimonio cultural será prioritario en nuestro futuro Gobierno y lo haremos en forma democrática y participativa. Nuestro lema será “Construir sin Destruir”, es decir, reconociendo y valorando los aportes de los gobiernos anteriores, como la creación del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, el Fondart, la Dibam y el Consejo de Monumentos Nacionales (y al poner estas dos frases en el mismo párrafo, espero que nadie se de cuenta que la primera contradice la intención de la segunda).

Sin embargo, toda obra humana es perfectible (por ejemplo, el fideicomiso ciego). Por eso avanzaremos en:

1. Fortalecer la dimensión económica de la actividad cultural, que hoy representan cerca del 1.3% del PIB.

Cobrar entrada para todo y duplicar el aporte de la actividad cultural al PIB a un 2.6%.

2. Incentivar el aporte y participación del sector privado en la creación y difusión de la cultura.

Creación de nuevas franquicias tributarias para empresarios que fomenten “las artes” (expansión de la Ley Valdés) y acontecimientos culturales como una exposición de pinturas de la hija de un amigo en el edificio de la Telefónica.

3. Fortalecer la propiedad intelectual de los autores sobre sus creaciones, sin perjuicio de las excepciones necesarias en beneficio de instituciones educacionales y otras categorías especiales. En mi reciente reunión con artistas de la SCD comprometí mi apoyo a esta justa causa.

Patentar y cobrar derechos por todo para que gente como Alvaro Scaramelli reciba un royalty cada vez que alguien se acuerde de lo malas que eran canciones de Cinema como “Tom y Jerry” y los “Locos Rayados”. Nota mental: no utilizar la palabra “royalty” por su fuerte contenido reivindicativo y posibles molestias en la industria minera. En materia educacional, crear paquetes promocionales para que los niños de los liceos puedan ir a ver shows como “El Rey León” sobre hielo.

4. Tender puentes eficaces entre la educación y la cultura, pues la primera sin la última es mero adiestramiento.

Junto con el Maletín Literario, crear el Maletín Cinematográfico, el Maletín Musical y el Maletín Artístico (llamar a licitación para ver quién se adjudica la caja de lápices pastel a repartir).

5. Descentralizar la cultura, fortaleciendo el rol de las regiones y los municipios.

Trasladar la estatua de Condorito de San Miguel a regiones, reconocer que los pueblos originarios no sólo queman fundos y salen en la moneda de quinientos pesos.

6. Perfeccionar la ley de Monumentos Nacionales a objeto que sea un verdadero instrumento de conservación y no una especie de certificado de defunción.

Nota de GB: Por más que lo leo, no tengo idea qué está hablando. ¿Certificado de defunción? ¿Aló?

7. Ampliar el campo del desarrollo cultural a áreas como el rescate de barrios históricos y memoriales.

En otras palabras, enrejar el parque Forestal y reflotar el proyecto del Mapocho navegable.

8. Perfeccionar la transparencia y equidad de los sistemas de concursos públicos y la eficacia de los procesos de seguimiento a los proyectos ganadores.

Lo que ya dije sobre los apitutados del Fondart, pero pasado por el filtro de un focus group y mis asesores.

La cultura no puede restringirse sólo a los paneles de expertos (a los que me referí como “los mismos de siempre”), a quienes por cierto agradecemos el valioso aporte que seguirán brindando (hasta marzo de 2010). Cultura también habla de la forma de ser, pensar y sentir de un pueblo. Para fomentar y enriquecer la participación ciudadana y el diálogo artista-ciudadano realizaremos consultas, a través de los medios y ocasiones que corresponda, para recoger la opinión de la gente (es decir, las mismas encuestas a las que me referí antes y por las que hicieron tanta alharaca los apitutados). ¿Por qué despojar de su legítimo derecho a la comunidad de elegir entre, por ejemplo, construir una biblioteca municipal o un teatro comunal? (Nota de GB: Por la misma razón que se le despoja de su derecho a elegir un sinfín de otras cosas).

Al referirnos a la calidad de vida normalmente pensamos en indicadores materiales como ingreso, salud y seguridad. Pero también la gente quiere y merece una vida cultural (por ejemplo, comprar cuadros para decorar la casa). Como decía el cardenal Silva Henríquez “en un cambio de época como el nuestro, los pueblos o son fermento del cambio cultural o son sus víctimas. Sólo los pueblos cuya alma es fuerte, sana, noble y generosa son capaces, en tales circunstancias, de modelar las culturas del mañana”. (Como decía Goering, “cada vez que escucho la palabra cultura me dan ganas de desenfundar mi revolver”).

8 comentarios:

  1. Mucha rabia no le da al candidato ni a sus seguidores, fui a su sitio web y pinché los tag de la nota: "cultura", "arte", "música" y "teatro" y no aparece nada.

    Lo preocupante es que sigue –en cada alusión– ese mensajito costumbrista nacionalista que huele a Huasos Quincheros.

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  2. Les dejo 4 reflexiones:

    1° ¿Cuál es nuestra cultura?, con la cual alimentar el alma, ¿a qué se referirá? ... ¿a la manoseada, delirante y chauvinista "chilenidad" de 18 de septiembre?

    2° La matáfora del desierto florido, indacará que los artistas en chile surgen tarde mal y nunca, que duran menos que un peo en un canasto ... o que , que una primavera no hace verano. Habran muchas flores, pero el desierto continua desierto igual.

    3°Sobre el certificado de defunción, se refiere (creo) al hecho que la Ley impide transformaciones en los inmuebles declarados MN , y no asigna dinero para su conservación, los cuales la ser muy caros ... hacen que nadie repare dichos inmuebles y terminan destruyéndose... esperando algun terremoto que lo eche abajo, para poder usar el terreno y venderlo a una inmobiliaria.

    4° Creo que podriamos aprovechar de extender el principio instalado en las consultas populares para ver si queremos Biblioteca o Teatro. Por ejemplo, si queremos firmar tratados internacionales o no. Si queremos que se instalen empresas en cada comuna o no (celulosas?, mineras varias?, represas en la patagonia?, etc.) ... Podríamos hacer uno cada vez que se les ocurra vender una Empresa del Estado (que quedan bien pocas) ; o licitar una carretera ; o para recuperar las sanitarias y eléctricas; o para decidir proteger bosques, islas, desiertos, playas ..., o para disminuir el gasto militar , o para cambiar el Binominal ; disminuir el gasto en Defensa (y no estoy hablando de futbol esta vez) etc.

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  3. Aunque en el fondo estoy de acuerdo con las críticas expuestas, permítanme discrepar un poquito con ustedes; no en el sentido de salir en defensa de este conspicuo personaje (no faltaba mas), sino en referencia al uso de la categoría "cultura" en casi todos los textos que he leído.

    Para decirlo de una forma directa y frontal, estimo que los análisis han caído en una visión demasiado "institucional" de la cultura, lo que lleva a situarla en demasía en el campo de las artes o la producción de cultura de elite o superior. En ese sentido, esta visión, que en principio puede ser saludable y correcta, en el sentido de orientar la búsqueda hacia valores de excelencia, sin embargo, corre el riesgo de dejar de lado otras importantes aristas de la dimensión cultural de una sociedad tan compleja como la chilena (y como la de toda sociedad humana). Me refiero sobre todo a la necesidad de referir el fenómeno cultural a problemas fundamentales, como son los de la identidad de un pueblo y sus orientaciones de valor, los que en conjunto articulan el quehacer de una sociedad en casi todas sus esferas vitales (economía, política, religiosidad, historia, ética y estética). Esta perspectiva permite, sobre todo, mirarse el rostro, reconocerse en torno a ejes de valor que de ningún modo pueden ser aquellos que en forma limitada se ha venido definiendo como "chilenidad". El arte y la cultura institucionalizada son buenos espejos en los cuales apreciarse; pero estos no pueden ni logran abarcar el inmenso y multifacético ímpetu de millones de personas que tratan de expresar sus valores y subjetividad por vías inusitadas. Lo trágico es que esas versiones de cultura muchas veces ni siquiera han sido reconocidas como tales. A lo sumo, se les ha catalogado de sub-culturas o formas marginales, concediéndoseles un lugar solo en el “folclore” o las “tradiciones nativas”.

    Hasta hace pocos anos atrás, casi todas las sociedades de America Latina habían buscado sin mucho éxito una identidad esencial, que mas bien ha caído en una versión de nacionalismo casi chauvinista y, lo que es peor, en una noción de identidad "incompleta" o frustrada, al percibirse no tan sólida como la que supuestamente exhiben países mas "cultos" o "desarrollados" o herederos de civilizaciones milenarias. Recordemos que esta sensación de "incompletitud" o el afán imitativo es la que ha llevado a muchos de nuestros coterráneos a incurrir en actitudes racistas hacia aquellos grupos humanos que, supuestamente, con sus rostros y costumbres, dañan con su presencia la imagen adorada que se espera alcanzar. Pero, esta perspectiva, últimamente ha cambiado al introducirse una noción de identidad y cultura que reconoce la diversidad y pluralidad de valores y tradiciones en cualquiera de estas sociedades, las que lejos de ser aplastadas, deberían ser mas bien objeto de respeto, cultivo y desarrollo.

    Pues bien, cuales son entonces los valores que una "política cultural" debería acoger, impulsar o desarrollar, a efectos de que esta aliente o al menos acompañe en forma coherente políticas que necesariamente deben impulsarse en los campos de la economía, la participación democrática y la coexistencia social justa, respetuosa y solidaria entre compatriotas. Me parece que es precisamente desde este contexto de preocupaciones que habría que medir no solo la siniestra propuesta de los "empresarios culturales" de tipos como Piñera, sino la misma gestión actual de gobiernos como los de la concertación chilena. Es encomiable trabajar por mayor apertura y participación en la gestión de cultura artística, educación, ciencia y recreación; eso no está en discusión. Pero, ¿es eso todo? ¿Estaría demás una discusión a fondo de los valores que, al parecer, este momento alientan comportamientos colectivos que, paradójicamente, atomizan a los individuos y los lleva hacia vivencias de un no-país a su interior o exterior? Y, definitivamente, ¿qué cultura queremos y esperamos en y para Chile?

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  4. Piñera las ha estado puro cagando últimamente, no es que sus anteriores apariciones hayan sido brillantes, pero ¡qué le pasa a este hombre! No tiene asesor de imagen?! Hagámosle una colecta pa pagarle uno?! (No tendrá plata, digo yo...)
    Lo peor de todo es que, lamentablemete, es el que tiene más posibilidades de convertirse en el próximo presidente de nuestro país. Así que preparémonos para un espectáculo de cuatro años de las frases ingeniosas (del tipo "esta no es una dictadura, es una dicta... blanda") y el "humor diferente" de Sebastián Piñera.

    Muy bueno el blog, yo estudio periodismo y lo sigo desde que salió en LUN xD
    Saludos!

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  5. Yo vi una entrevista en VIAX ,en todo caso su amigui Longeira lo puede asesorar...y eso es con la cultura...¿que será con las políticas públicas, ya no existiran el SENAME Y SERNAM , será ¿el ministerio de la familia? c

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  6. Ori, muchas gracias por participar y por sus palabras, y difunda este medio entre los amigos, si le place ;)

    Pepe, es cierto que seguimos el concepto "cultura" en una versión restringida y a propuesta de lo institucional, y tal vez lo apropiado sea hablar de las "artes", y tal vez también lo apropiado de una auténtica "política cultural" sea considerar el epifenómeno, como diría un amigo por ahí.

    No obstante, en mi inopinada opinión, esa configuración multifacética de lo cultural es inasible por las instituciones en general y los gobiernos en particular, si es que quieren tejer una política consistente, e indeclinablemente las mejores intenciones quedarán reducidas a las escasas voluntades y luces de unos pocos burócratas tratando de conformar un engendro identitario pobrísimo, quienes al final harían de ese esfuerzo, con suerte, algo así como TVN, en la que "conviven" las distintas "sensibilidades" del país, eufemismo para decir, que el minutaje se lo reparten los políticos, la iglesia y dos o tres instituciones más, como la Teletón.

    De todas formas tiene que haber una mirada de Estado para lo que propones, por ejemplo, comprando tierras para los mapuches para que en ellas puedan seguir siendo indígenas, o fomentando una serie de expresiones que no caben en el esquema del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA), pero eso me temo que depende más de los talentos de la política, que de diseños acabados y bien planteados en el papel.

    Como última reflexión, dar cuenta de que en Chile no existe una reflexión sólida sobre la cultura, desde el mismo nombre de CNCA, que son casi puras artes, por lo que tenemos que hacer uso de las nomenclaturas a las que todos respondemos y entendemos.

    Otro ejemplo de lo anterior es el viejo concepto de "cultura general". Cada vez que alguien dice eso para referirse a otro alguien (Fulanito tiene cualquier cultura general), me da lipiria.

    ¿Qué es eso?

    No lo sé, pero me tinca que refiera a zutanos que pusieron 15 minutos más de atención en el colegio y pueden saber que las células tienen mitocondrias, que las palabras esdrújulas llevan tilde o que Arabia Saudí está en Asia y no en África, como cree el periodista deportivo Mauriziano.

    En fin, tal vez quien más se acerca al concepto es un amigo mío, a quien apodamos "Google" (el mismo del epifenómeno), porque duda que le ingresas te la responde (especialidad: Colo Colo), y quien es además un corresponsal en estado de barbecho de este blog.

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  7. De acuerdo. Pero insisto. Mi proposito no es obligar a las personas o instituciones a adoptar una vision mas "general" de la cultura (pues como tu mismo lo senalas, esa perspectiva es inabarcable y casi casi mision imposible para los Estados; y de alli la inutilidad --incluso necedad-- de cualquier esfuerzo institucional al respecto). Tan solo aspiro a que algun picado por la curiosidad se ponga a pensar en opciones a lo que en tu blog se critica tan certeramente en sujetos como Pinera. Por cierto, la alternativa seria zanjar distancias y precisar que, en realidad, se esta hablando de las Artes o de la Educacion, la Ciencia y Tecnologia, y encaminar propuestas para apoyar en forma mas atinada a sus cultores. Pero si nos quedamos alli, seguimos dejando fuera esos elementos que tanto me empeno en destacar. Es como tirar a la guagua con el agua de la banera.

    Reconozco que a veces es duro mirarse en el espejo y preguntarse "quien soy?" Pero conviene hacerlo de vez en cuando, asi sea para tan solo mirarse por donde va la raya del cabello o la tonalidad del brillo de la pelada.

    Ojo: no estoy hablando solamente de "sentimientos" o "valores eticos" o cosas por el estilo; aunque los comprenden, mi preocupacion se dirige a lo que ahora mueve a los chilenos y a cualquier latinoamericano en terminos de aspiraciones, simbolos, calidad de vida, tradiciones, historia y... cultura. Esto obliga a dirigir la mirada a cosas tan triviales como un programa de TV, el estadio de futbol o la heladeria de la esquina. En eso, los corresponsales de tu blog son unos observadores geniales. Pero si entramos en el terreno de la cultura, me asalta siempre una pregunta complementaria: "que es lo que esos y tantos otros medios y artefactos culturales estan transmitiendo a nuestra gente?" Probablemente alguien diria: "caca". Pero, miremos bien si detras o a proposito de las propiedades fecundantes del estiercol, hay algo mas a lo cual aferrarse en este desierto.

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  8. Repartir la plata del fondart a "vox-populi" seria equivalente a repartir la plata de conicyt a "giros sin tornillos" empecinados en crear maquinas automáticas a vapor para hacer pan amasado.
    Instituciones (malas, buenas, eficientes o corruptas) son la única alternativa para gerenciar el dinero estatal.

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