Animal Nocturno

No quería escribir sobre la entrevista de Felipe Camiroaga a Mauricio Israel, pese a que la ví, con tal de no tener que referirme a esos dos inclasificables personajes, de los cuales, por suerte, no sé mucho.

Sin embargo, no puedo dejar pasar lo pésima que resultó la entrevista en estricto rigor periodístico (si existiera algo así). No sabía nada del caso y quedé igual. Cada vez que Camiroaga interrogaba a Israel por alguna acción objetable o derechamente criminal, nunca quedaba claro a qué se refería. En vez de preguntar "¿Mauricio, cómo se te ocurrió robarte los cheques a tus socios?", Camiroaga daba más vueltas que trompo, todo para que Israel respondiera impajaritablemente que no tenía conciencia de nada de lo que hacía, que estaba en una especie de trance de irrealidad, tal como hiciera Pinochet con sus propias estafas.

Del lado de acá de la pantalla, yo rabeaba, y le sugería a Felipe, gritándo al televisor, que atacara justamente ese estado de inconciencia imposible por estar sostenido en años y meses de actividades fraudulentas, pero no había caso, Camiroaga demostró ser tan burro como el del pesebre, e Israel el mismo fresco cara de raja, que esta vez trató de despertar la pena de los telespectadores a su favor, como antes lo hacía con la rabia.

¡Puaj!