Los Pingüinos, el Transantiago y ministros del interior que duraron menos que un balón de gas fueron las postales que vaticinaban una evaluación final del gobierno de Michelle Bachelet entre penca y mediocre.
Sin embargo, hoy la presidenta tiene 67% de respaldo en las encuestas, mucho más que Lagos cuando –en una bacanal en que no faltaron fuegos artificiales ni sacrificios humanos arriba de una piramide (en el decir de GB)– anunciaba el tratado de libre comercio con Europa, y mucho más que cualquier presidente chileno desde que existen estos augurios modernos.
¿Por qué?
El factor Carvajal
En una conversación entre distinguidos periodistas surgió el tema acerca del misterio de la popularidad de la Bachelet. Es simpática y transmite honestidad. Sí. De algún modo la gente agradece su manejo económico hoy en la crisis. También, por algo Velasco, goza de igual aprobación (aunque habría que preguntarle a Piñera si se debe a Ema, su hija).
El punto de la discordia era los laureles que le corresponden a Juan Carvajal, el principal asesor comunicacional de la presidenta. Un sujeto gris, que no habla y que despierta las más profundas sospechas y animadversiones (si alguien se comía a las guaguas era él).
Al parecer el tipo obedece en política a esquemas de la guardia pretoriana, que tanto defienden al emperador de Roma, como lo secuestran para obtener sus propios fines, aunque la verdad sea dicha, se sabe muy poco de él, salvo que ha tenido por agenda defender la figura personal de Bachelet, así su gobierno se caiga a pedazos, como pareció que sucedería en varias ocasiones.
Tal vez hablar de este rasputín sea parte de esas especulaciones demasiado racionales como para explicar la veleidad de los fenómenos del Chilistán contemporáneo, y simplemente la popularidad de la Presidenta sea un capricho más de un país cada vez más empecinado a no responder a las lógicas de antes.
Yo quedo pillo.
miércoles, 6 de mayo de 2009
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En este drama familiar ... ya tuvimos como presidente al abuelo, ... luego uno tan aburrido que se me olvido su nombre (pero ra narigón), despues tuvimos al padre autoritario y finalmente a la madre (que aunque lo haga pesimo uno la quiere igual ... y más que a todos los anteriores) ... preparense que se viene el hijo ambicioso
ResponderEliminar... o será el tío inescrupuloso ... capaz que hasta vuelva el narigón aburrimiento de cuyo nombre no me acuerdo ...
ResponderEliminarLa verdad es que la Bachelín vende la pomada, y harto, es capaz de reirse cuando se le sale un zapato volando en un mundial femenino, casi matar un mosco cuando anda en regiones ,yo siempre he tenido una visión crítica de Bachelet, su mandato está hecho prácticamente de puros asesores, pero la señora al menos sonrié en cada metedura de pata, pide perdón por condoazos de otros,versus unos señores que hay del aquél que le dijera algo porque te retaba, y el otro daba sueño,algo también apsa con Bachelet en las regiones, no sé si será manejo comunicacional pero en regiones la quieren. Otro punto es que Ella y sus asesores se la han jugado por un gasto social nunca antes visto, además de inyectarle dinero y ganas a programas y políticas de gobiernos sobre todo a los temas de protección social y género (pero según muchas agrupaciones desde la sociedad civil falta harto!!!)gustara a quien le gustara impusó la famosa pildorita (auque después ya sabemos que pasó)y como el papel soporta todo hasta la "participación ciudadana"....en fin los asesores del segundo y primer piso, porque defiende a vidal y que con velasco la cacha y la espada es distinto, yo ya la veo en la OEA o como capitana planeta, en fin en una de esas hasta se repite el plato, SI FOME-FREI lo hizo...
ResponderEliminarLas razones de la popularidad de Bachelet se explican por los resultados del SIMCE.
ResponderEliminar-GB.