¿Qué tipo de comentarista es usted?

Por Hilgo Larton y AA


Como parte de su esfuerzo permanente por asir científicamente la realidad y así poder torcerla a voluntad, Citizen Intelligence decidió analizar la psicología blog e intentar comprender de mejor forma qué motiva a los lectores a participar como comentaristas de posteos, con el propósito confeso de dominar sus mentes, tal cual lo hace Google con sus empleados.

Los resultados son sorprendentes, hay siete categorías puras (y múltiples combinaciones) de comentaristas que saltan a la vista y que exponemos a continuación:

Irreflexivo coprolálico: es un lector que busca lecturas que le provoquen irritación y bilis, con tal de tener excusas para emitir quejas y reclamos, la mayoría soeces. Por lo general comentan atropelladamente y es necesario (op cit cuerpo de mujer) emplear google traductor para comprender qué quisieron decir (op cit cuerpo de mujer). Les molesta todo del blog: el diseño, lo que dice, quienes participan, sus temas, el idioma que emplean, etcétera, pero lo leen con frecuencia, pues encuentran placer en no estar de acuerdo con nadie y hacérselo saber a todos en su cara, con indisimulada mezquindad.

Analítico coprolálico: al igual que el irreflexivo coprolálico, encuentra placer en no estar de acuerdo, pero en vez de lanzarse destempladamente sobre sus blancos, aguarda al acecho hasta que encuentra una fisura y a través de ella emprende una andanada de críticas que empiezan racionales y a tono, pero que pronto son conducidas hacia las atmósferas de la destrucción y la saña. Una vez logrado su objetivo, siente un gran placer que disimula con fina hipocresía.

Ansioso compulsivo: se trata de un lector inseguro, solitario y con mucho tiempo libre, quizás cesante, que comenta no por interés en los temas o estimulado por los enfoques propuestos, sino que por el placer terapéutico que le produce verse abriendo y cerrando la totalidad de foros en que participa. Es un comentarista que desestima los análisis, por lo que no se ocupa en dar coherencia a sus comentarios y comete graves errores de redacción en el supuesto de que los otros comentaristas son filólogos dedicados que esperan ansiosos sus inanidades, por lo que se darán el tiempo de interpretar sus palabras, aunque en verdad rara vez éstas son leídas.

Pasivo obsecuente: Nadie sabe bien qué lo motiva a escribir, pues nunca agrega nada nuevo, salvo servir de eco de otros comentaristas, por lo que suele concordar con cualquier opinión posteada, incluso cuando estas son controversias. Es el rey del si bien es cierto, no es menos cierto… Rara vez propone alguna idea valiosa, por lo general narra experiencias propias que no interesan a nadie y poco tienen que ver con el espíritu del posteo que da lugar al foro.

Anónimo clandestino: es un lector que, por abecé motivo, prefiere mantener reserva de su identidad. No busca sobresalir ni capitalizar los méritos de sus opiniones pues, por lo general, se trata de un lector que no busca reafirmarse a sí mismo a través de sus comentarios sino que tan sólo introducir críticas cuando estima que el nivel intelectual de los foros están cojeando o tiene algo que aportar. Por lo mismo, se da el caso de que dispare directamente contra un ansioso compulsivo para intentar hacerlo callar, o caiga en el juego del analítico coprolálico. Sus comentarios generan la solidaridad silenciosa de muchos lectores.

Franco propositivo: lector que firma con su nombre propio, que limita sus intervenciones a aquellos casos en que tiene algo que aportar, que evita escribir cualquier tontería por el sólo placer de creerse importante. Por lo general, sus comentarios son muy bien aceptados por la tribuna y generan debates interesantes.

Ausente espiritual: comentarista en potencia, quisiera opinar pero no tiene tiempo para dejar su grano de arena en los foros. Se trata de una persona trabajadora, lector fiel, pero que debe leerlo a escondidas pues sus patrones les quitarían el bono productivo si los pillan y si es patrón, perdería el respeto de sus subulaternos. Por lo mismo, les queda poco tiempo para comentar aunque en sus libretas personales tienen decenas de anotaciones posibles.

¿Con cuál se identifica usted?