La presidenta recibe extática
la noticia por parte de uno
de nuestros corresponsales.
Citizen Intelligence reconoce no saber interpretar con precisión la notable paliza que la chilena Michelle Bachelet le propinó a la argentina Cristina Fernández, en su reciente power ladie challenge.
Al interior del centro de estudios se barajan varias hipótesis, pero ninguna convence al 100%. Por eso, se presentarán cada una de ellas, con sus fortalezas y debilidades metodológicas:
1.- Los lectores de El Citizen son mayoritariamente cuicos, por lo que siempre estarán mejor dispuestos a elegir una rubia pelolais. Cabe precisar que la condición de "excelencias" de ambas contendoras supone un tipo de relación simbólica estable, por lo que está implícito que el vínculo inconsciente establecido es el de una relación duradera del tipo santo matrimonio, y no un escarceo de una noche.
El problema de esta hipótesis es que la naturaleza arribistoide de un público ABC1 no puede dejar de preciar el valor simbólico de una unión con una mujer transandina, algo que se considera un tesoro dada la escacez de opciones por parte de las vecinas por establecer uniones con chilenos por muy cuicos que sean, pues por lo general son más feos, groseros, fomes, chicos y sin cuento que sus pares argentinos. En suma, es muy baja la votación de Fernández como para postular con verosimilitud que la causa de la elección de Bachelet es el cuiquerismo citizen.
2.- Los lectores de El Citizen son mayoritariamente rotos, y missis Bachelet representa justamente el ideal de belleza femenino de nuestras clases populares; rubiecita como para mejorar la raza, pero también rellenita como para tener de donde afirmarse cuando frena la micro y no pasar frío en el invierno.
El problema metodológico acá, es que Cristina Fernández nuevamente tiene demasiadas pocas preferencias, pues si el público citizen es más bien dado a la pichanga y las sopaipillas que al sushi y el canapé, no es posible que no haya habido un proceso de identificación con la morena en un importante segmento votante, en especial por parte de las lectoras mujeres.
3.- Los lectores de El Citizen son mayoritariamente charangos lila, por lo que prefieren el ideal de belleza natural, espontáneo y pachamámico de una mujer tan generosa y pródiga como natural, en contraste con el artificio de belleza ofrecido por Fernández, dada la evidente injerencia del botox y el pabellón quirúrgico en su rostro y complexión.
Sin embargo, el charango lilismo tiene una vocación de identificación con el pueblo que hace que sea difícil el aprecio por una dama rubia y de nombre francés, versus el criollismo rampante de la argentina, que en su retrato parece mostrar una identidad similar a muchas niñas populares palomitas blancas de los 60' y 70', quienes hoy en vez de aspirar a hacer la revolución, aspiran ingresar a Yingo.
Al interior del centro de estudios se barajan varias hipótesis, pero ninguna convence al 100%. Por eso, se presentarán cada una de ellas, con sus fortalezas y debilidades metodológicas:
1.- Los lectores de El Citizen son mayoritariamente cuicos, por lo que siempre estarán mejor dispuestos a elegir una rubia pelolais. Cabe precisar que la condición de "excelencias" de ambas contendoras supone un tipo de relación simbólica estable, por lo que está implícito que el vínculo inconsciente establecido es el de una relación duradera del tipo santo matrimonio, y no un escarceo de una noche.
El problema de esta hipótesis es que la naturaleza arribistoide de un público ABC1 no puede dejar de preciar el valor simbólico de una unión con una mujer transandina, algo que se considera un tesoro dada la escacez de opciones por parte de las vecinas por establecer uniones con chilenos por muy cuicos que sean, pues por lo general son más feos, groseros, fomes, chicos y sin cuento que sus pares argentinos. En suma, es muy baja la votación de Fernández como para postular con verosimilitud que la causa de la elección de Bachelet es el cuiquerismo citizen.
2.- Los lectores de El Citizen son mayoritariamente rotos, y missis Bachelet representa justamente el ideal de belleza femenino de nuestras clases populares; rubiecita como para mejorar la raza, pero también rellenita como para tener de donde afirmarse cuando frena la micro y no pasar frío en el invierno.
El problema metodológico acá, es que Cristina Fernández nuevamente tiene demasiadas pocas preferencias, pues si el público citizen es más bien dado a la pichanga y las sopaipillas que al sushi y el canapé, no es posible que no haya habido un proceso de identificación con la morena en un importante segmento votante, en especial por parte de las lectoras mujeres.
3.- Los lectores de El Citizen son mayoritariamente charangos lila, por lo que prefieren el ideal de belleza natural, espontáneo y pachamámico de una mujer tan generosa y pródiga como natural, en contraste con el artificio de belleza ofrecido por Fernández, dada la evidente injerencia del botox y el pabellón quirúrgico en su rostro y complexión.
Sin embargo, el charango lilismo tiene una vocación de identificación con el pueblo que hace que sea difícil el aprecio por una dama rubia y de nombre francés, versus el criollismo rampante de la argentina, que en su retrato parece mostrar una identidad similar a muchas niñas populares palomitas blancas de los 60' y 70', quienes hoy en vez de aspirar a hacer la revolución, aspiran ingresar a Yingo.
4.- Los lectores de El Citizen son mayoritariamente chilenos, y como buenos chilenos, son nacionalistas y xenofóbos, sean cuicos, rotos o charango lilas, por lo que la actitud cerrada es propinarle una paliza a Fernández por el simple hecho de ser argentina. Es decir, habría ganado la chilena por sobre la argentina, aunque ésta haya sido Mónica Madariaga y aquella Evita Perón.
El problema es que también es posible que:
5.- Los lectores de El Citizen son mayoritariamente argentinos, y éstos están hasta la tusa de los Kirchner, como lo estarían ante cualquier gobierno que les dure más de dos años, por lo que su votación es un acto político de profundo rechazo al poder instituído en su país, lo que es refrendado claramente por las encuestas argentinas que tiran al suelo a la presidenta Fernández.
El problema es que se ve difícil que los argentinos voten por una chilena, pero no por xenofobia, como sucede con el chilistaní promedio cuando le mencionan el vecino país, sino porque Chile les importa un soberano rábano, y no se molestarían en hacer click para votar por Bachelet (¿Bache quién? disculpá no la conozco).
El problema es que también es posible que:
5.- Los lectores de El Citizen son mayoritariamente argentinos, y éstos están hasta la tusa de los Kirchner, como lo estarían ante cualquier gobierno que les dure más de dos años, por lo que su votación es un acto político de profundo rechazo al poder instituído en su país, lo que es refrendado claramente por las encuestas argentinas que tiran al suelo a la presidenta Fernández.
El problema es que se ve difícil que los argentinos voten por una chilena, pero no por xenofobia, como sucede con el chilistaní promedio cuando le mencionan el vecino país, sino porque Chile les importa un soberano rábano, y no se molestarían en hacer click para votar por Bachelet (¿Bache quién? disculpá no la conozco).
podría realizarse una encuesta del mas "tincudo/a" candidat@ presidencial chilistani...c
ResponderEliminarambio y fuera
Una aclaración, Bachelet no es rubia, se tiñe. Adscribo a la interpretación que explica los resultados por el rechazo que produce tanto botox y cirugías.
ResponderEliminarInteresante fotografia. Diria que es bastante sensual y reveladora, especialmente el gesto de la Michelle al aceptar con sus ojos cerrados y los labios semiabiertos el osculo de la paz y la bienvenida del fornido pascuense. Alguna resonancias historica resumida en esta grafica inusual?
ResponderEliminarHarto regia que se veía ayer en EL FACTOR GUILLIER,eso sí que estaba con toda la barra pops,harto chicha fresca y salian unas fotos de ella mas morocha que la Kris.
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