martes, 6 de octubre de 2009

Los "no" de Piñera

Piñera puso en línea un insólito saludo a los chilenos con motivo de la conmemoración del 5 de octubre. Además de que se sube hasta el último carro de la epopeya, compara desproporcionadamente ese momento y el actual, y evoca la necesidad, que se impone en determinados momentos históricos, de llevar a cabo transiciones, entonces "la vieja" y ahora "la joven". ¿Es esa una analogía histórica válida?

La respuesta la da el propio Piñera, en sus afirmaciones y omisiones. No dice que la necesidad de poner término a la dictadura se fundaba, en primer término, en acabar con el terrorismo de Estado y en anhelar otro modelo de sociedad. Sólo se refiere a "un gobierno militar que llevaba 17 años en el poder". Mientras que a la Concertación le achaca los horrorosos crímenes de que "no está preparada, siento que ya cumplió su etapa, los veinte años en el poder le arrugaron el alma, le arrugaron el rostro, y hoy ya no tiene la fuerza, ni las ganas ni la energía." "(Los gobiernos de la Concertación se la pasan) cometiendo chambonadas". Nada concreto. Hasta que lanza que "(con ellos estamos condenados a) seguir tolerando la corrupción". ¿Cree usted que Piñera va a corregir la desviación corrupta en la alta administración, pública y privada?

La alternancia es una idea que obsesiona a la derecha, por su inasibilidad. Ha tenido cinco derrotas electorales presidenciales consecutivas. La derecha chilena desea más que nada en el mundo transformarse en gobierno. Le falta, empero, la razón histórica y el argumento político. No logra convencer -porque se trata de un discurso fabricado entre publicistas políticos- que está llamada a liderar una transformación de ese orden. No tiene un proyecto transformador de sociedad ni hay un movimiento adosado a él.

No estamos, en Chile, en un momento histórico determinante de ninguna transformación profunda, los chilenos no estamos viviendo ningún proceso radical, de resistencia, de desobediencia, de protesta, de colectivización, de politización, o de malestar que obstaculice aquello que se da en denominar el buen funcionamiento del país. Chile goza, aunque nos pueda dar asco, de superávit de gobernabilidad. Llevamos 20 años, sí, dentro de un proceso reformista que tiene hoy por hoy, con el rostro y el alma arrugados, cerca de 70% de aprobación ciudadana. A precisar que una parte importante de la base de apoyo de ese proyecto está disconforme con la nimiedad de los esfuerzos y logros que ha habido por reformar los fundamentos del estado de derecho. Si hay una crisis de legitimidad que amerite invocar un cambio o una transición, va por aquel lado. Y Piñera es, precisamente, el único candidato que no promete hincarle el diente a la Constitución. La fórmula de "justicia social" suena más falsa en su boca que en la de cualquiera otra persona.

¿Podría ser lo suyo (buscándole un asidero a sus proclamas transformadoras) una revolución emprendedora? ¿Nos va a transformar en emprendedores? ¿Nos invita a transformarnos en emprendedores? ¿Tiene un proyecto para que todos aprendamos su rentable oficio? ¿Imagina transformar a Chile en una sociedad de accionistas, de prestamistas, de inversores y de empresarios exitosos?

El bienestar que falta en Chile y que, el destino lo quiera, es el único fundamento verosímil que podría convocar una epopeya como lo fue la oposición a la dictadura, el único escenario imaginable hoy por hoy de transformaciones profundas al sistema chileno, se refiere a frenar y a revertir la tendencia a la concentración de la riqueza. No a aceitar la máquina de la desigualdad para que ruede más rápido.





Por
Hilgo Larton





6 comentarios:

  1. A la larga, Frei es el más honesto de los candidatos: MEO convoca a una epopeya de justos y jóvenes, Arrate al renacimiento de la izquierda, Piñera al cambio de los mejores, y Frei a la continuidad.

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  2. Los concertacionistas son como los pernos, atornillan siempre para un mismo lado... Pero ya resulta casi una obviedad: para cambiar la constitución, hay que votar, precisamente, por "el único candidato que no promete hincarle el diente a la Constitución". Se lo doy firmado.

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  3. La derecha sí tiene un proyecto transformador, sí hay un movimiento detrás de él (aunque quizás la palabra más adecuada sea electorado y en ese caso se aplicaría a todas las demás candidaturas, tan inorgánicas como la de Piñera) y puede que su argumento político sea ramplón, pero es tan artificioso y poco creíble como el de Frei. Con la razón histórica no me queda claro a qué se alude, pero si hay un candidato que al menos tiene argumentos con algo más de peso para llegar al poder (aunque carezca de todo lo demás, incluyendo el andamiaje y la gobernabilidad que otorgan los partidos políticos) ése es ME-O.

    No creo que Piñera aspire a crear una sociedad de emprendedores, porque el sistema económico que defiende solamente ayuda a los emprendedores en el papel. El mismo no es un emprendedor. Más bien es alguien que sacó provecho a un sistema corrupto en una coyuntura determinada y hoy a lo único que se dedica es a conservar sus posiciones de poder. ¿Cuántos trabajos ha creado el emprendedor Piñera en los últimos años y cómo se condice ello con la plata que ha amasado en el mismo tiempo? Comprar participaciones accionarias y empresas no es lo mismo que emprender. Lo mismo va para la mayoría de los grandes empresarios chilenos y las fortunas que (les) administran.

    A lo que Piñera sí aspira es a desregular los mercados (de capitales, laboral, etc.), bajarle los impuestos a las grandes empresas y mantener una red de prestaciones paternalistas para “corregir” las carencias de su propio modelo. Desgraciadamente, eso no se combate con slogans tontos como “más Estado, menos mercado” o usando las reformas laborales como moneda de cambio (lo mismo que hizo la Concertación durante la campaña de Bachelet) porque saben que los trabajadores que necesitan una mejor legislación no tienen a donde ir por mucho que la Concertación los tenga aburridos.

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  4. Acabo de releer lo que escribí. Para que no haya confusión, aclaro que cuando aludo a los slogans tontos me refiero a Frei, no al buen post de Hilgo. Entre corresponsales no nos atacamos, en especial cuando no recibimos sueldo.

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  5. Según Almeida que una vez que pase la crisis va a poder "evaluar" darnos un aguinaldo y plata para movilización.

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