martes, 15 de septiembre de 2009

Dawson, Isla 10: los ricos también lloran


La Concertación se caerá a pedazos, pero aún goza de un instinto lo suficientemente poderoso como para eregir una épica que mostrar al pueblo chileno, más ahora que éste pronto irá a las urnas. El bardo a cargo; Miguel Littin, quien acaba de estrenar Dawson, Isla 10, una película que trata sobre la reclusión en el extremo austral de los ministros de Allende en las postrimerías del Golpe. El episodio más ABC1 de la historia de la represión chilena (en jerga actual) o más clasista si se prefiere (en jerga de ayer), y también el menos sanguinario.

Con esto no quiero decir que los hechos no hayan sido lamentables y crudos, ni que no merezcan un relato fílmico. Pero, eso no quita ni por un momento el malestar por esa intención soterrada de levantar una gesta prosográfica protagonizada por la actual clase gobernante, cantada tal y como en la edad media se engrandeció a los reyes en su lucha contra los moros. En otras palabras, el tema estaba bien, la manera de tratarlo aboslutamente in-su-fri-ble, por varias razones. A saber:
  • Benjamín Vicuña: En frío y en lo personal, si me pasara algo digno de contarse y filmarse, me encantaría que el actor que me representase fuese Brad Pitt, pues supongo que me gustaría que eso que me habría pasado fuese un destilado de aventura + osadía + sagacidad + glamur + virilidad que haga de mi historia una apología de todo lo que sueño ser mientras tomo cerveza mirando el techo. Supongo que a Sergio Bitar le pasó lo mismo y por eso lo representa Benjamín Vicuña. Pero tanto Bitar como yo, lamentablemente llevamos vidas lo suficientemente prosaicas como para que lo entretenido de ellas pase por los claroscuros y matices, y no por ferviles pasiones dionisiácas o rigurosos desafíos apolíneos. En tanto, el actor adecuado para representar a Bitar, debió ser un muy buen actor de origen árabe (no castellano vasco) –para que además eso sintonizase con la apuesta por las caracterizaciones del resto de los personajes (destaco a quien actuó como José Tohá)– y no el omnipresente de Benjamín Vicuña, quien será buen actor, pero no tanto como para mutar a la figura de un ex ministro histórico y evitar quedarse con el fácil papel de jovencito de la película.
  • Cero política explícita: Es comprensible que la política como tema de conversación sea considerada un anatema para las artes, pues ésta no goza precisamente de una riqueza suficiente como entusiasmar mucho a nadie, pero hacer una película sobre la época del fin de la UP y del inicio de la dictadura, y hacer solamente breves referencias a clichés políticos como lo dividida que estaba la izquierda, es como mucho. ¡Cresta! En Isla Dawson estaban políticos de fuste de las más distintas tendencias dentro de la UP que días atrás discutían en el poder sobre cómo detener el fascismo y cumplir con un dictado de la historia, y que en ese momento vivían una derrota que debió estar preñada de reflexiones acerca de las catedrales que se les estaban derrumbando sobre las cabezas.
  • Demasiada política implícita: El guión de la historia fue hecho con el mismo cuidado con el que un Presidente electo convoca su Gabinete; cuidando los equilibrios y realizando con discresión las omisiones. En general, la historia destaca a prisioneros VIP, obviando a todos los juanpérez, pero incluso entre los VIP hay omisiones que rayan en el descaro. Es malévolamente comprensible que Littin sumerja a personajes como Luis Corvalán por comunista (quien apenas es mencionado una vez sin que yo haya alcanzado a identificar al actor que lo representa, pues ni siquiera hubo en los créditos las típicas escenas de película de la Segunda Guerra Mundial en que se destaca a cada uno de los personajes y se cuenta su historia) y a Fernando Flores (quien ni aparece, seguro por traidor), pero es incomprensible que Clodomiro Almeyda no tenga casi diálogos, que no haya hecho una reflexión interesante, un gesto, prácticamente nada. En cambio, Bitar, Puccio, Tohá y Letelier (le suenan esos apellidos) son figuras casi espirituales, casi tanto como el protagonista de la Delgada Línea Roja, sobre quienes recae la redención y el destino de la dignidad humana. Más vomitivo aún es el discurso soterrado de la reconciliación que aparece cuando el cineasta se esfuerza por dotar de compasión a un par de milicos (el marino a cargo de Isla Dawson y un cabo campechano), como si esa mínima humanidad fuese el gérmen de la transición que vendría más tarde.
En fin, poniéndome a tono y de regalo para la menesterosa Concertación, voy a proponer un par de nuevos títulos para que los filme quien quiera y los financie el Banco Estado:
  • Magnicidio (thriller): trata de la historia de cómo una atroz dictadura bananera asesina con avanzados químicos a un estadista mientras éste está en un hospital, y como sus partidarios tienden un manto de silencio. La familia del Presidente no se da por enterada, no porque tengan disminuidas sus capacidades intelectivas, sino por otro químico suministrado para mantenerlos impasibles, lo que finalmente es descubierto años después por un policía incorruptible, tipo Harboe. Como el Presidente asesinado, se recomienda poner a Pancho Melo.
  • Roce (comedia ideosincrática): trata de las vicisitudes de varias familias chilena exiliada tratando de adaptar su latinoamericaneidad a los rigores de la etiqueta del país que los recibe, y de cómo esas dificultades son al final premiadas cuando toman el poder, retornan a Chile, y deben seducir a la aristocracia lcoal para que los acepte en su seno; es decir, en sus iglesias y colegios, usando las más diversas galanterías aprendidas en el exterior.



12 comentarios:

  1. Anticristo: De como en un antigua familia ultra conservadora,opus dei y ex colaboradora de la antigua dictadura dos de los tres hijos de apellido Larraín, se vuelcan en las ideologías y entienden que es mas vendedor hacerse pasar por izquierdistas, el hermano mayor solo aparece en flasback,uno de los hermanos realiza peliculas indie con guiones escritos de los diarios de vida de su padre que los tiene muy bien escondidos, podría dirigirlo el mismo director de la NANA, así narraría mejor todo el ámbito intrafamiliar...

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  2. Título: Suicidio Divino.
    Subtítulo: El Bandazo de los Dioses

    Cambiando de tema y deschilenizando las obsesiones cinematográficas, che ciudadano, me gustaría proponer un tema más internacional, no si estupendo o espeluznante (depende de la camiseta desde donde lo sientas): el descalabro que se siente en Argentina al pender en vilo de los caprichos de un monstruo para clasificar al mundial de fútbol. Obviamente, me refiero a Maradona, quien, con el más solemne desparpajo, che pibe, decide irse a adelgazar en Italia, mientras sus dirigidos van a la deriva y sus coterráneos viven por anticipado el infierno de su eventual eliminatoria.

    Me parece Dantesco. Qué querés que te diga… Perdoná la disgreción.

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  3. Estimado:

    qué querés que te diga, hacelo y envialo a citizenalmeida@gmail.com y lo publicamos.

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  4. como diria JM la columna es un GO-LA-ZO. Super bien.

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  5. El Clarín de Bueno Saires amaneció este día con esta nota:

    "Ni Maradona es el peor de todos ni Del Potro es el mejor del mundo. Que quede claro. Pero el argentino es así, exitista, exagerado y buen vecino de los extremos, por no decir extremista. Derrotados en el fútbol, en este septiembre florecen más de 40 millones de tenistas. Y el espejo de la argentinidad devuelve una imagen de un Diego más gordo y de un Delpo más esbelto."

    Che Citizen, te prometo enviar pronto un pequeño comentario sobre este dramón rocambolesco que me parece un tema... de locura!

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  6. Completamente de acuerdo con don citizen (que agradezco que postee de vez en cuando en su propio blog).

    Me apena la superficialidad con que se aborda el tema de la película porque sea o no AbC1, lo que ocurrió es de un deber histórico contarlo bien teniendo el debido respeto con los que lo padecieron.

    Al ver la película... no supe nada nuevo, solo me queda la inquietud de leer el libro y vislumbrar de que manera fue construido el guión pues si Bitar es el narrador sus compañeros e historias deberían haber sido los protagonistas.

    BUEN 18 COMPAÑEROS

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  7. Excelente columna. Personalmente, no me interesa la epopeya concertada en lo absoluto, no he leído el libro ni veré la película tampoco. Pero si me interesa esa actitud soterrada de tratar de cambiar la historia (misma estrategia que pin8 intento burdamente, pero sin la ayuda de habilidosos neo-Goebbels com son Tironi, Littin & Co.), a través de omisiones, concesiones y exclusiones.
    Al final, eran solo peones, la verdarera partida de ajedrez se jugaba en Washington, y los alfiles, caballos y torres eran lo buques de la operación Unitas y los submarinos nucleares de la URSS.

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  8. Le guste o no (como dice Serrat)éste es el cine que tenemos y las historias que narrar.
    y no es improbable que lleguemos con ella, al menos a los Goya españoles sino a los Oscar.
    Ah, por si aca, Flores si esta presente, es el tipo que arregla el TV, si echo de menos a "los moderados" de entonces, Cademartori, Sule,etc, no solo los PS hicieron la historia!

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  9. Me mataste las pocas ganas que tenía de ver la película, intragable.

    Leí tu columna en El Mostrador y me pareció excelente, desde ahora seguiré tu notable blog.

    Saludos!!

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