lunes, 9 de noviembre de 2009

Cultura: Piñera no entendió na' e na' (y no escucha)

El martes 27 de marzo, el naciente Citizen Almeida criticó a Piñera por proponer encuestas para decidir la política cultural, lo que le valió al candidato una andanada de denuestos que este medio recogió (ver links), al cual -dicho sea de paso- le implicó cierta fama ya que fue citado por el mismísimo LUN (ver recuadro).

El candidato se desdijo y pensamos que de algún modo todo había quedado bajo el control de sus asesores culturales, pero no...

Ayer en el debate de Canal 13, un liceano lector y sin plata para comprar libros le propinó a Piñera la patada en las canillas más dura de la noche a través de una pregunta sencilla: ¿Le va a bajar o no el IVA a los libros?

Descolocado, Piñera se dio vueltas como trompo para decir que no y a su brillante mente -que no encontraba salida- se le ocurrió la brillante idea de crear un Fondo para que sean las propias personas quienes decidan qué leer, muy al modo del famoso Maletín Literario, pero peor; además el candidato dijo que no era apropiado bajar el 19% a todos los libros, ergo, había que subsidiar sólo los "libros buenos". Arrate, inquirió "¿Cuáles son los buenos y cuáles los malos? ¿Quién decide?". Piñera insistió en que las propias personas, porque cree en la libertad y toda la cantinela (lo que le valió la crítica parca pero al grano de Frei: "puro mercado")... replicando el mismo esquema mental que lo llevó a plantear encuestas para los fondos de cultura, quedando nuevamente en una posición visiblemente incómoda (algo que incluso algunos de sus partidarios reconocen) y evidenciando que la cultura para él es un tema de escasísima prioridad.

En fin, a esperar que Tantauco Cultura (o Luciano Cruz Coke) vuelva "interpretar" las chambonadas piñerísticas, pues ya está visto que su rol en la candidatura se reduce a salir al paso en caso de que Piñera la cague, y nunca a influir en su ya irreversible mente de empresario.

Nota: la foto es de Arte y Letras de El Mercurio y representa una ficción difícil de tragar.

15 comentarios:

  1. Fue patético. La derecha tiene una idea muy pobre de lo que significa cultura, y creen que con vouchers se soluciona todo. Cruz-Coke se debe haber estado tomando la cabeza a dos manos.

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  2. La idea detrás de su propuesta de que la gente decida cuales son "los libros buenos" y cuales "los que no sirven", es guiarse por la demanda. Los más comprados son buenos, los menos no lo son. Ergo, el Quijote de la Mancha es un libro que no sirve, en general la filosofía no sirve, versus Harry Potter o El Código Da Vinci que beneficiarían de un subsidio.

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  3. Hay algo raro con MEO y los papas que debería rescatar este pasquín, que salió en el debate también.

    Se fijaron que le sacaron en el debate que dijo que JP 2 era "asqueroso" y se la sacó con que disentía de su política exterior, diciendo además que encontraba formidable a Ratzinger... La otra vez además lo escuché parafrasear al mismísimo cura polaco que antes denostaba y pa más remate donó su sueldo a una fundación de curas (paternitas).

    ¿Ezquizofrenia u oportunismo? No sé pero cada vez se parece más a piñera con sus frases maqueteadas y sus imágenes verbales que repite hasta el cansancio.

    Lo último: última de charcha su acusación a piñera de "faltar a la verdad" por no poner los logos de los partidos en la publicidad.

    Meo, eso es un peo.

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  4. Piñera, vergonzoso.

    Defendiendo el desarrollo cultural y del arte más allá de su condición básica (ya que se defienden por sí solos), me parece “pobre” el millonario que no se da cuenta que la cultura se vive y el arte se vende (por dinero o trueque). Que hable más de cómo preservar y transmitir la cultura y después trate de explicar que aún no sabe cómo fomentar el arte.

    Está lleno de modelos de negocio para el desarrollo del arte y la cultura, pero me temo que él no es capaz ni de apreciarlo y menos de entenderlo. Le da miedo equivocarse en interpretarlo y, por tanto, siempre lo va a postergar y dejar fuera de su círculo de cosas que “entiende” y así no perder su alicaída estampa de hombre inteligente. Frente a los negocios, que dicte cátedra de cómo cagarse a los empleados para hacerse rico, pero frente a temas como el expuesto en este artículo, le queda mejor escuchar a Arrate y pedirle ayuda (para callado) de que hacer. Menores costos implican maximizar los beneficios. Sin duda, para ser inteligente… le queda mucho. Su “fondo” para “libros buenos” me parece una forma muy burda de ocultar la censura intelectual a la que están acostumbrados varios de sus seguidores.

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  5. La idea de Piñera podría complementarse con un sistema de incineradores ecológicos activados por energía solar para quemar los libros malos. Qué desastre que estos sean nuestros candidatos y que puedan salir con esas ramplonerías sin que a nadie le importe.

    Lo de los gestos beatos de MEO es algo esperable. Es lo mismo que cuando reculó de sus declaraciones acerca de no querer ser chileno. Chilistán es una teocracia católica y ese tipo de declaraciones le puede ganar una que otra adhesión de los católicos no Opus (es decir, el 99% de los católicos del país). La beatería falsa de los candidatos presidenciales es insoportable pero suma votos en todo el mundo (en EE.UU la foto de campaña con el candidato en una iglesia es casi obligatoria y me imagino que en todos lados es igual). Por último, prefiero a un católico falso que miente para ganar votos que un pelmazo que cree lo que dice como Frei y al mismo tiempo habla de la necesidad de “debatir” los temas morales (pero no hacer nada al respecto).

    Ahora, pasando al IVA a los libros, yo soy partidario que siga en 19%. Como buen lector y comprador compulsivo de libros solía oponerme, pero he llegado a la conclusión que no hace ninguna diferencia. Toda esa palabrería de que la gente no compra libros porque son muy caros es basura. Con o sin ese impuesto van a seguir siendo caros. Las novelas españolas van a seguir costando 30 lucas y novela chilena nueva va a valer menos de las 8 lucas que uno paga actualmente. Para qué hablar de libros académicos importados. La mayoría de la gente no lee y no lo va a hacer aunque los libros los regalen con una entrada al estadio. En Chilistán hay plata para cigarros y cerveza o para encalillarse con un viaje a Sudáfrica, pero nadie siente la necesidad de leer. Esa es una realidad que no vas a cambiar retirando un impuesto que, por cierto, ayuda al fisco a financiar cosas como el Fondart. Si es por terminar con impuestos tontos, qué mejor que retirar algunas de las innumerables restricciones burocráticas para montar una Pyme. Por último, para el problema de los lectores sin plata creo que hay una mejor solución que retirar el IVA: dejar de pagarles sueldos de miseria y permitirles sindicalizarse y tener trabajos seguros en vez de andar boleteando como la mitad del país.

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  6. No es necesario poner en la balanza las prioridades de gasto de los chilenos para concluir que compramos pocos libros. Y resolver el dilema de si compramos pocos libros porque son caros, o si son caros porque compramos pocos libros y no estimulamos la oferta, es como el huevo o la gallina. ¿Y porqué habríamos de dejar de tomar cerveza o de viajar en vacaciones para demostrar interés por los libros y justificar la eliminación del iva? El tema de fondo es el fomento a la lectura, y una política activa obviamente que tiene que hacerse cargo de los precios de los libros, una novela de un autor reconocido es más cara que la cuenta del gas (un sexto del salario mínimo), un libro de ciencias el doble o el triple, eso es vergonzoso. Por ejemplo, cuando se sabe que un autor ganó el nobel de literatura las librerías inmediatamente la ponen en el escaparate y le suben el precio entre 10% y 40%. Los libreros tienen un cálculo económico perverso según el cuál les conviene más vender poco y caro que mucho y barato, y les conviene más vender muchos ejemplares de un mismo libros que pocos ejemplares de distintos autores, porque aumentarían los precios de arriendo de locales (más espacio para exposición y almacenaje), de transporte, de personal (más clientes = más vendedores; más chilenos lectores=público más exigente=vendedores mejor preparados y con mejores salarios). Y por si fuera poco, se intenta hacer la guerra al fotocopiado. Ha habido proyectos interesantes en Chile y otras latitudes que no han prosperado por el lobby de los editores, por ejemplo la despenalización del fotocopiado para fines académicos, o las editoriales públicas. La mejor prueba de que es falso eso de que si bajaran los precios no aumentarían los compradores es la cantidad de libros piratas que se venden en las cunetas (isabel allende, dan brown, harry potter, biografías, etc.). Otro círculo vicios es que el financiamiento de fondos de cultura dependan de la usura en la venta de libros, como si hubiera que elegir si preferimos lo uno o lo otro. Siempre se puede encontrar la fuente de financiamiento en otra parte. En lo personal, prácticamente no compro libros en Chile, o por Internet o cuando viajo al extranjero. Con una misma cantidad de plata puedo quintuplicar el número de libros si los compro de esa manera.

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  7. errata: donde dice "o por Internet..." debiera decir "lo hago por Internet..."

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  8. GB, según tu tesis, dejar de pagar sueldos de misera, o permitir la sindicalización, o asegurar el empleo en lugar de boletear, tampoco cambiaría nada en la cultura chilena de no comprar libros.

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  9. 100% de acuerdo, pero al menos con mayor poder adquisitivo no se podría invocar la excusa que la gente no compra libros por el precio. La gente no compra libros porque en Chile no se lee, porque la lectura (al menos a través de libros) va en picada en casi todo el mundo, y por situaciones como la que reveló el último SIMCE: que sólo un 24% de los alumnos logra los objetivos mínimos en escritura. En otras palabras, mejorar los hábitos de lectura pasa por políticas educacionales y económicas, pero no por derogar un impuesto que le agrega dos o tres lucas a un producto que igual no genera interés. Al menos eso creo yo.

    Sobre el comentario de más arriba, es lógico que una librería le suba el precio a un autor cuando crece el interés por él. Así funciona casi todo en una economía de mercado y mientras no cambie otras cosas enfocarse en el IVA a los libros me parece un saludo a la bandera. El fenómeno de las editoriales y librerías que prefieren vender varias copias de un mismo título que diversificar la oferta es algo a nivel mundial. De hecho, así funciona la industria. Apuestan por varios títulos hasta que descubren un Twilight o Harry Potter y, en algunos casos, con eso financian a autores menos vendidos.

    El tema de los libros en cuneta me lo salté por completo y tienes razón. El fenómeno sí denota un interés por leer libros más baratos, claro que por lo general los títulos son o best-sellers o material de lectura obligatoria para el colegio (y por lo tanto no necesariamente representativos de la oferta editorial). De todas formas, creo que con o sin IVA el consumo de libros no aumentaría dramáticamente. No creo tampoco que se trate de priorizar el consumo y nunca he dicho que sea mejor comprar libros que cerveza. Si hubiera mayor poder adquisitivo, creo que las opciones para la mayoría de la gente irían por otro lado en vez de inclinarse a comprar libros.

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  10. Paren de escribir, pónganse a leer !!
    Lamentablemente no le hemos hecho caso a don Nicanor Parra. Con tanta buena lectura y nadie lee, si ese es el problema!! Y por eso es lógico que un dvd valga menos en la librería. Estamos transformando el libro en objeto de lujo y eso no puede ser. El libro es la ventana hacia la información, la cultura, incluso hacia la felicidad.

    Ayer vi el debate casi completo, y confirmé mi teoría de que los 4 candidatos son como niños (se echan tallas, se pican, piden perdón lloriqueando, etc), y los niños no están preparados para gobernar este país.

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  11. resulta contraproducente el tema de los libros. debemos relativizar por cuanto no es justificable para todas las circunstancias la baja de impuestos. bajando los impuestos en un mercado donde participan muchos actores, un mercado fragmentado funciona prque provoca un nuevo escenario. chile no es asi, en el mediano y largo plazo si serviria pero en el corot estas cadenas de libros se comerian ese ahorro en el impuestos. lo más importante es que en chile el sistema de recaudacion de impuestos funciona y si se empiezan a diferenciar los diferentes impuestos se desordena la cosa, la casa. ej. un local empezara a vender helados como si fueran libros, lo lamento pero asi funciona el chileno, con ello provocaria un desorden.
    si la recaudacion del impuesto se inyecta por otra via, ej se recauda y luego la isma plata se inyecta a los mismos libros. es lo mismo pero otro mecanismo, otra via similar pero que estoy seguro acogerian los conglomerados políticos. con ello se bajarian los precios pero manteniendo el impuesto. si tiene desventajas, como que la plata pase por muchas manos antes pero creo que bien hecho el sistema funcionaria muy bien. eso si no debe haber comision qu decida que leer y que no, lo que se inyecta se inyecta por igual.

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  12. Quizás no leemos porque somos un pueblo inculto y flojo, que no tiene la costumbre de hacerlo.

    Pero claramente si alguien quisiera fomentar la lectura ... quizás podría bajar el precio de los libros y tal vez más de alguien (que de casualidad cayó en una librería) no dude tanto entre comprar o no un volumen?; o crear bibliotecas públicas en todas las comunas (y surtirlas de un buen número de volúmenes) por si a alguien le da por ir a buscar un libro de puro aburrido; o podrían hacerse campañas públicas de fomento a la lectura ("Esta navidad rompe la tendencia, regala un libro", por ejemplo); quizás TVN (ya que es el canal del Estado) podría hacer un programa de literatura en horario estelar, para aprender algo y quien sabe quizás se despierten las ganas de leer en más de alguien (el cual ira a las recien inauguradas y bien provistas bibliotecas municipales); quizás pueden crearse talleres obligatorios lectura en las escuelas para que los niños adquieran esta extraña costumbre (siempre se puede optar por la salida autoritaria) ; entre una infinidad de cosas que podrían hacerse ... y quizás no sirvan de nada, pero si no se prueba no hay como saberlo.

    Además son tan pocos los libros que se publican y se compran en Chile ... que restarle tal 19% no significaría un gran perjuicio para las arcas del Estado. Al extremo si Velasco (y su sucesor) ve que no calzan las cuentas le quita 1% al presupuesto militar, o inventa un 1% a la minería extractiva y asunto arreglado ...

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  13. Hacer juicios determinantes de las razones porque Chile es un país con bajo nivel de lectura, llegaría a ser tan peligroso como decidir que libro es bueno o malo. Al dar soluciones hay que acordar qué se quiere fomentar: la oferta o la demanda. Para ello es necesario determinar beneficiar al productor o al consumidor final. Creo que oferta existe (independiente de la calidad que cada uno le otorgue) y por tanto el tema recae en como incentivar la demanda.

    El precio es muy importante al momento de hacer la compra, pero va directamente asociado a la valoración que se le da a ese producto en cuanto a su calidad y nivel de satisfacción que genera [al enfrentarse a distintos productos alternativos o sustitutos]. El ser flojo e incultos, le queda bien a parte de los chilenos, sin embargo, existe una enorme masa de población que no es así y otra que no se ha incentivado y, por lo tanto, no se puede saber cuál sería su opción ni preferencia.

    Bajar el precio, cambiar las políticas de fomento y campañas del sector (entre otras cosas) siempre ayudaría a una cuestión que presenta, sin dudas, muchos más beneficios de los perjuicios que se pudiesen inventar. Pero algo aún más relevante e importante de incorporar al juicio y adopción de políticas en el tema, es adaptarnos a las nuevas generaciones que ya no ven en los libros el encanto que vimos muchos de nosotros y nuestros ancestros, al ver en la literatura una salida casi única a la transferencia de información inter generacional, diversión, documentación de la historia y otras razones que le han dado sustento a la escritura y los libros.

    Honestamente creo no saber cual es destino de los libros en la sociedad, ¿cuál será su importancia en el desarrollo de la humanidad? (como lo ha sido hasta hoy) y ¿qué formatos remplazarán toda la integridad de atributos que los libros entregan? Por lo anterior creo: hay que investigar!

    Este Blog es el claro ejemplo de la sustitución del papel, y está claro que no es por un tema de calidad. Ergo, ¿se tendrá que fomentar la demanda por libros o por leer y llegar a ser un país informado y culto? Citizen Almeida es un nuevo tipo de “juglar” que el mercado ha preferido. Arriba los libros, pero también bienvenidos todos los nuevos formatos. Internet canibalizará muchos formatos tradicionales de expresión artística, pero el mercado determinará cuales sobrevivirán y por cuánto tiempo. Nosotros somos parte de ese mercado (como productor, consumidor o agente), por lo que no estamos ajenos a o que en él pasa y pasará.

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  14. Citizen nace de la posibilidad que da la inmediatez, la gratuidad y el ahorro de tiempo de lo digital, sino existiera internet dudo que hubiese surgido una revista citizen almeida, cuántos no iniciamos en el colegio o en la u proyectos de revista que no llegaron a ninguna parte. Por ahí contribuye al fenómeno de la crisis del papel, pero en ningun caso viene a suplir a los libros. está la cosa de los libros digitales, pero aún no tiene la expansión ni el desarrollo práctico para decretar desde ya el fin del libro.

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  15. Hilgo, toda la razón y en ningún caso la crisis del papel se está asociando a suplir los libros.

    Cada vez existen más formatos alternativos que han canibalizado a éstos, o bien, formatos alternativos de otras artes, como la música y la actuación, que hoy han atraído la atención de un cliente que tiene un presupuesto definido y un tiempo finito que, bajo la perspectiva de cada consumidor, tiene justificaciones suficientes e inapelables -propias de la libertad de cada individuo-. Por eso insisto, el libro debe tornarse más atractivo frente a la competencia. Eso incluye: bajar su precio, hacer campañas, desarrollar políticas enfocadas en los lectores no en las editoriales y toda acción que promueva este hábito que sólo presenta beneficios. No creo que contribuya (y no digo que tú lo dices) el determinar que no se lee porque los chilenos son flojos, incultos, indiferentes al precio o cualquier adjetivo descalificativo. Eso no es solución ni menos una radiografía fiel del ciudadano chileno.

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