Los malos buenos deseos de FC

Asumámoslo, la presidencial ya esta chingada. Pase lo que pase, nada indica que vayamos a vivir mejor.

Así que mejor preocupémonos un poco de las parlamentarias. En lo macro, algunas cosas parecen estar ya claras: ninguna de las dos coaliciones tendrá mayoría en la cámara, la concertación puede recuperar asientos díscolos en el senado, la DC seguirá cayendo, la UDI y RN se pelearán el puesto de partido mas grande de Chile, el pacto contra la exclusión funcionara quizá en un par de distritos, se perderán algunos doblajes en manos de los descolgados, y el binominal seguirá haciendo de nuestras elecciones parlamentarias una carrera de mentiras, en que los partidos tienen altas posibilidades de blindar a malos candidatos (sobre todo en el Senado).

Nada de eso me importa demasiado. A mi lo que me interesa es la cosa chica, quién sale y sobre todo, quién se pierde. Me encanta cuando se pierden candidatos. Es mucho más interesante verlos perder que verlos ganar.

He decidido jugármela con algunos anti-endorsement . No se trata de disparar a la bandada, y desear que todos los candidatos de la UDI se pierdan. Sería lindo, pero no funciona así la cosa. Además, hay que recordar que en el 99% de los casos, el binominal hace que el que pierde lo haga en beneficio de su compañero de lista, no de su oponente del otro pacto.

Así que acá va mi lista de malos deseos. Ojalá que el Viejito Pascuero me los cumpla.

En Senadores encabeza mi lista la Séptima Norte y el profundo deseo de que no salga el Enano Maldito (alias Andrés Zaldívar). Es una especie de anomalía de la historia y no entiendo como lo siguen llevando. Ruego que pierda, aunque eso implique que Gazmuri se prepare para 28 años como senador sin haber hecho nada por lo cual ser recordado.

En la Quinta Costa, sería más rica la marraqueta del 14 de Diciembre si Lavín pierde. Aunque algunos en la Concertación lo encuentren ahora un tipo razonable y con alto compromiso social, para mi Joaco será siempre Joaco: un opus day que cree que la dictadura fue una revolución silenciosa, y que la gente es tonta y se vende por una playa con caca en el Mapocho (¿Marga Marga?).

En la Séptima Sur, me encantaría que saliera la profesora Marilén Cabrera del PH. Pero como eso no va a pasar, prefiero que salga esa niña pelolais Ximena Rincón –cartucha y todo- antes que Jaime Naranjo, un tipo oscuro, deshonesto y genuflexo ante las órdenes del arzobispado (el único socialista del planeta en oponerse a la ley de divorcio).

En diputados, en primer lugar, y por sobre todo, me haría dichoso que en Quilpue y Villa Alemana muerda el polvo Marcelo Schilling, encarnación de las peores prácticas concertacionistas. Juan Bustos no se merece al jefe de los servicios secretos remplazándolo en su circunscripción. Si pudiera elegir un solo derrotado, sería sin dudas el Mamo Schilling.

Me encantaría que no salieran ninguno de los miembros de la Cosa Nostra con que la Concertación nos agasaja en esta elección sin importar sus antecedentes delictuales: Laura Soto en Valparaíso, Rodrigo González en Viña, Patricio Tombolini en San Antonio, Arturo Barrios en Quillota, Hernán Pinto por la Quinta Costa, Víctor Manuel “Manco” Rebolledo en La Serena, y sigo contando mentalmente. ¿Qué se necesita hacer para no ser candidato de la concertación? ¿Un fallo del TPI?

Me alegraría particularmente también que en Estación Central, el “experto electoral” Pepe Out –uno de los arquitectos de la candidatura de Lalo- se vaya al carajo y el Clan Girardi pierda uno más de sus reductos.

En Santiago Centro, la verdad es que me gustaría que un cataclismo destruyera las oficinas donde se guardan los votos y se suspendiera indefinidamente la elección, porque entre Alberto Cardemil, Felipe Harboe y Christian Espejo, el panorama es nauseabundo y no hay por donde elegir. Me recuerda la canción de Fulano “Adolfo, Benito, Augusto, Toribio”

Una malísima que va para la sexta repetición de espárragos es María Angélica Cristi. Me llenaría de felicidad que no salga (difícil). En general, encontraría muy saludable que cualquier candidato que va por su sexta reelección se pierda. Eso incluye a buenos y malos, a algunos tan irrelevantes como Jorge Ulloa, Sergio Aguiló o Adriana Munoz, a otros más importantes como Carlos Montes o Patricio Melero. 20 años es más que suficiente.

Estoy seguro de que se me olvidan muchos (Monckeberg por ejemplo es insoportable, para que hablar de Kast y Moreira), pero esos son candidatos fuertes, y si uno le pide demasiado al viejito, es sabido que no cumple.

Y para que todo no sea tan negativo, espero que salga elegido Cuevas y Gutiérrez del PC.

El resto me da un poco lo mismo.

Por FC