Bono electoral

Hay episodios en los que se cuelan lapsus que es relevante subrayar. Lavín nos ofrece uno.
La Quinta Costa es quizás la batalla electoral más importante para la UDI. Lavín y Chahuán compiten rudamente al Senado y además del intercambio de mensajes al filo de la guerra han llenado la circunscripción de propaganda visual con sus fotos junto a Piñera, Reginato y Castro.

Los jueces de policía local de Casablanca, Viña del Mar, Valparaíso, Quillota han dado orden de retirar la propaganda mientras no inicie el plazo legal, y lentamente los comandos han ido obedecido. Pero se han hecho los vivos con las gigantografías instaladas sobre los techos de las casas en las poblaciones. Los que arriesgan la multa, en esos casos, son los ocupantes de la vivienda.

Por un letrero de 2X1 o 3X2 los comandos pagan 10 mil pesos mensuales. El comando lo instala y los habitantes lo cuidan. La gente ha aceptado el trato. La señora, la pareja, los hermanos, madre e hijos, cuyos techos miran estratégicamente hacia la cancha, hacia el centro social, hacia la avenida, hacia la feria, se han hecho la idea de llegar a cobrar 40 o 50 mil para fin de año. Un bono electoral, como quién dijera.

Antes las notificaciones de Carabineros, los vecinos quisieran ver desembarcar en sus barrios a los brigadistas para que recuperen sus lienzos o al menos les digan qué hacer. Quieren saber si les van a pagar de todas formas, si deben sacar la propaganda y volver a montarla más tarde, si podrán cobrar por mantenerla guardada hasta el inicio legal de la campaña.

Interrogado por los medios, Lavín declaró que acatan la ley pero que preferiría ver a esos Carabineros que andan notificando a los vecinos, persiguiendo a los delincuentes y no “a la gente que necesita políticas sociales”. Esa es su idea de política social, repartir unas luquitas entre los pobres a cambio de hacerle propaganda, así deban ellos transgredir la ley.

Por Hilgo Larton