viernes, 16 de octubre de 2009

Bielsa, te regalo mi pasaporte


Tres diputados chilistaníes propusieron ayer darle la ciudadanía por gracia a Marcelo Bielsa. Un par de horas después retiraron el proyecto, supongo que tras darse cuenta del papelón que estaban haciendo. Me pregunto, ¿era necesario romper la barrera del ridículo para descubrir que se trataba de una idea estúpida? ¿Acaso nuestros diputados – Gabriel Silber (DC), Carolina Goic (DC) y Tucapel Jiménez (PPD), aunque para el caso mejor llamémoslos Pinto, Paredes y Angulo – no tienen esa facultad de los demás seres humanos llamada vergüenza? Claramente no, si se piensa que un poco antes aprobaron una ley que los autoriza a ausentarse del Congreso con goce de sueldo para hacer campaña. Ya saben, medidas urgentes, no como la reforma laboral que decidieron posponer porque no es el momento de mejorar las condiciones de trabajo del obrero chilistaní ni reducir las prácticas antisindicales.

Cuando un país tiene todos sus problemas resueltos y, tal como dicen todas las encuestas de autopercepción ciudadana, en Chilistán nos sabemos más trabajadores y responsables que nuestros vecinos, ocurren cosas como esta. No se sorprendan si pronto alguien introduce un proyecto de ley para reemplazar la estatua del Papa por una de Bielsa o, mejor aún, erigirlas una al lado de la otra. Este es el tipo de cosas que en dos años más vamos a recordar de la misma forma que hoy hablamos de los pantalones amasados o las botas con flecos: ¿cómo pudimos permitirlo?

La idea de darle la ciudadanía a Bielsa es lejos la iniciativa más estúpida emanada del Congreso (y eso ya es bastante decir) desde que nuestros parlamentarios aprobaron una ley anti clonación. ¿Nadie se acuerda de eso? Sí, fue hace un par de años, cuando un grupo de legisladores, alarmado por la cantidad de personas clonadas que circulan por las calles de Santiago, decidió ponerle fin a este asunto. Después de todo, no queremos que un científico loco escondido en su castillo clone a Pinochet y se nos venga otra dictadura encima. A nadie pareció importarle en aquel momento que el desarrollo científico de Chilistán es nulo, que la última vez que se produjo un aparato electrónico en nuestro país fue cuando ensamblaron el último televisor Bolocco y que lo único que se clona por estos lugares son las tarjetas de crédito.

En fin, si alguien quiere otorgarle la ciudadanía a Bielsa, yo le regalo la mía. Hay un exceso de más o menos 15 millones de chilistaníes en el ecosistema planetario y pienso que si alguien recibe el cotizado pasaporte de Chilistán, entonces otra persona debe perderlo.







Por GB

7 comentarios:

  1. y ahora silber vuelve a la carga:

    http://www.lasegunda.com/ediciononline/cronica/detalle/index.asp?idnoticia=514634

    ResponderEliminar
  2. Se te fue un antecedente fundamental, el fracasado proyecto de darle la nacionalidad por gracia al pulga no me acuerdo de su apellido, por haber entrenado a Massú y González, luego de ganar la medalla de oro en Atenas.

    Esa vez, eso sí, la iniciativa vino del Gobierno, en un acto igual de impulsivo que el de nombrar al Estadio Nacional, como "Julio Martínez".

    ResponderEliminar
  3. Buen dato y lo mejor es que hoy día ya nadie se acuerda del tal Pulga más que por su apodo. El tipo creo que ya ni siquiera comenta los partidos en la tele. ¿No se darán cuenta que en vez de estos arrebatos de agradecimiento como esas señoras que se colgaban del cuello de Don Francisco cuando se ganaban el auto, sería mejor regalarle algo como un mes gratis de compras en el Jumbo, una comida para dos en un buen restaurant o por último un dilpoma?

    ResponderEliminar
  4. Era un tal De La Peña don Citizen ..., tenía pelo largo y vos de pito.

    Y bueno, que uno sea un "héroe" sólo por hacer su trabajo ... me parece un gran gesto político. En un mar de gente que saca la vuelta (por ejemplo webiando en Internet), se honra al que cumple con su labor ... o algo así.

    Quizás habría que abrir el abánico de posibilidades para "honrarlo" (un pasaporte es muy poco), entre una estatua monumental (en reemplazo del adefesio papal), declararlo soberano del Reino de Chile (con Bachelet como Reina) o volver a cambiar el nombre del Nacional, de JM a "Estadio Nacional Marcelo Bielsa" ...

    ResponderEliminar
  5. Al menos no estamos tan mal como Argentina, que se le ocurrió poner a maradona de técnico. Acá la estupidez supina sólo llega al nivel simbólico.

    ResponderEliminar
  6. No uno, sino que dos:

    1) Respecto al Pulga De La Peña, él ha hecho harto más por el tenis chileno que entrenar a Gónzalez y comentar pártidos. Tiene todo un proyecto de formación de tenistas jóvenes que evitara que pasen 20 años antes del próximo logro deportivo importante.

    2) Lo de reemplazar la estatua de Juan Pablo II por la de Bielsa da para carta del Mercurio, de esas cortitas.

    ResponderEliminar
  7. Tan mal estamos los chilenos que debemos premiar al que hace su trabajo, pero en este caso el premio tiene mucho de castigo... Bielsa no merece ser investido con nuestra nacionalidad, él no ha hecho nada malo, porque ponerle encima la carga de doscientos años de frustraciones y de ser "casi en todo", es decir, casi exitosos, casi desarrollados, casi democráticos, etc, etc.

    ResponderEliminar

Creative Commons License
Citizen Almeida by Andrés Almeida is licensed under a Creative Commons Atribución-No Comercial-Sin Derivadas 2.0 Chile License.