jueves, 24 de septiembre de 2009

¿Dónde está el debate?


Sin lugar a dudas, el mejor evaluado de los participantes en el debate presidencial de TVN es... Alejandro Guillier. No así sus colegas periodistas, incapaces de analizar un encuentro deliberativo distintamente de cómo lo hacen con un partido de fútbol, obsesionados con la pregunta absurda “¿Quién ganó? ¿Quién perdió?”, y limitando su interés al gol de media cancha que Frei le metió a Piñera... foul mediante pues reseñó mal el informe de la ONG Transparencia.

El formato del debate, más parecido a los concursos de Sábados Gigantes que a un foro político, es absolutamente inapropiado para conocer los proyectos de sociedad en competición. Lo cierto es que TVN diseñó este encuentro como parte de su estrategia de lucha descarnada por el rating televisivo: enganchar a los televidentes de “¿Donde está Elisa?” y evitar a toda costa que los candidatos aburrieran a la tribuna profundizando sus proyectos de país. Hubo una evidente contradicción entre la invitación que Guillier les hacía reiteradamente a contrastar sus puntos de vista, y los tiempos de respuesta limitados a uno o medio minuto así como el diseño extremadamente cerrado e individualista de las preguntas.

Frei contrastó al final del debate este formato insatisfactorio con los tiempos ilimitados y el chipe libre con que cuentan los programas de farándula y las teleseries... La verdad es que el diseño del debate fue pensado bajo un prisma de farandulización o futbolización política: más que tertulia se trataba de crear un enfrentamiento que entretuviera a los televidentes. Los jugadores entran a la cancha, se les obliga a jugar con pases cortos y se les exige jugadas eficaces con goles y atajadas. En este sentido, Frei fue el que mejor entendió el circo y llevaba preparada la estocada contra Piñera, supo ponerle la guinda a la torta de los periodistas.

Enríquez también supo aprovechar las limitadas posibilidades de polémica pero la discriminación de la que es objeto por parte de la mentalidad bipartidista de nuestros comunicadores sociales lo relegó a un segundo plano una vez terminado el debate. Combinó ataques directos, referencias autobiográficas y declaraciones de principios de relativa simpleza: para él 16 metros cuadrados hacen la diferencia entre las casas del Volcán y la consolidación de un “derecho inalienable a la vivienda” (lo que le mereció risas del público; menos que las risas cuando a Frei le sortean el tema de la corrupción). Fue majadero con el tema de las platas de campaña, de la transparencia y de los operadores políticos que satelitan los hospitales públicos, y como todos le temen a su electorado nadie se atrevió a preguntarle por la acusación de la asociación de notarios de Chile que desmiente los 39 millones de pesos que dice haberse gastado en el trámite de inscripción de firmas, ni sobre sus 6 operadores políticos que aceptaron en juicio abreviado el martes recién pasado los antecedentes que los acusan de desvío de los planes de generación de empleos para financiar su campaña a diputado el 2004 en la V región.

Y sin embargo, a pesar de la idea descerebrada que los periodistas y expertos en televisión se hacen respecto de lo que interesa a la gente, pareciera haber consenso en que Arrate sorprendió a la tribuna. Todos esperaban a un viejo gagá y se encontraron con un personaje lúcido, lleno de historia, y con una capacidad de síntesis para expresar sus convicciones de izquierda muy distante de la imagen flemática y añosa que suele atribuírsele. Quizás lo único que lo anclaba a tiempos añejos era su terno Johnson del año 90 dentro del cuál flotaba su achicado cuerpo.

Creo que muchos esperábamos a un Piñera más jalado y más espontáneo. En lugar de ello se le vió nervioso, como atajando la diarrea, incapaz de terminar sus ideas en el tiempo impuesto y repitiendo lugares comunes como la metáfora vacía del “candado a la puerta giratoria” o su comodín preferido cuando se le acaban las ideas: “llevamos 20 años...”. Fue víctima de una patética falta de credibilidad, de pifias y de burlas del público. Reaccionó como niño chico cuando Frei lo acusó de uso de delito de iniciado, respondiéndole, como en la publicidad de cerveza Escudo, “¿y tu hermano?”. Pero, sobre todo, se instaló, una vez más, la idea de que se trata de una persona esencialmente deshonesta, cuyo comando llegó incluso a bajar su página web para que el público no consultara su inexistente rendición de gastos electorales.





Por
Hilgo Larton

5 comentarios:

  1. Sin lugar a dudas el gran "perdedor" fue Piraña, su estilo nervioso casi rayando en supertaldo de los tics le jugaron una mala pasada. Su reiteración insoportable de los mensajes radiales copó mi paciencia. En su última intervención se le vio molesto, descompuesto, con la espalda encogida de los nudos creados por el fierrazo que le dió Frei.
    Ominami fue tibio, a mi juicio decepcionante con el solo punto alto de iniciar los fuegos de la confrontación.
    Arrate muy bien, con discurso a ratos poco profundo, pero el tiempo no dejaba más. Fue el único que estuvo suelto, relajado, sintiendo desde el inicio, a pesar del terno del hermano mayor que llevaba puesto, que solo podía ganar con el formato. Ganó mi voto.
    Frei además del fierrazo a Piraña no recato mucho mas.
    Gran análisis, Higo Larton

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  2. Creo que Hilgo "ningunea" a ME-O, como dice Trivelli. Fue lejos el que tuvo mejor manejo del debate, el que mejor usó su tiempo, el menos condescendiente con sus contendores, y el que mejores ideas expone. Frei fue, es y será una soberana lata, y mentiroso, no le creo ni una coma de lo que dice. Y a la larga, preocuparse del nudo de la corbata de Piñera es una cuestión puramente secundaria, tiene las ideas bastante claras. Se echa de menos una opinión menos sesgada.

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  3. Vi el debate por Internet y estoy de acuerdo con el diagnóstico. El formato fue diseñado por los comandos para que los candidatos apenas se pudieran rasguñar y mucho menos discutir más allá de escaramuzas mínimas. La idea de enumerar tres ideas sobre temas escogidos en tómbola me pareció pésima. Si es por eso, mejor que cada candidato nos mandara una presentación por Power Point. Con tan poco tiempo para hablar y espacios de réplica que más bien fueron utilizados para pasar avisos que para responder, es difícil que el resultado fuera algo más que una sucesión de cuñas.

    Me costaría creer que un candidato de los grandes salió perjudicado o beneficiado tras este debate. Es cierto que lo más cercano a un ataque fue lo de Frei, pero con su incontinencia verbal no digamos que lo capitalizó muy bien. Seguro que si se lo preguntan hoy, a 24 horas del debate, sigue sin poder explicar qué es Transparencia Internacional. La reacción de Piñera fue lenta (por el formato del debate) y poco efectiva (por falta de preparación. ¿Acaso sus asesores no esperaban un ataque así considerando que la noticia del informe salió esa misma mañana?), pero dudo que haya cambiado opiniones. A estas alturas, no hay nadie que diga “¿Piñera es un buen empresario o un empresario turbio? No sé qué pensar”. El juicio sobre Piñera, un tipo que lleva dos décadas de alta exposición en la vida pública, ya está formado.

    Sobre la delincuencia: La metáfora de la puerta giratoria es efectivamente añeja y la vienen usando distintos candidatos de derecha en el mundo desde que la acuñara Reagan en la campaña que le ganó a Dukakis a fines de los 80. ¿Alguien cree que da resultados? Me gustaría saber si el fomentar la histeria sobre el crimen y las promesas de “mano dura” ganan un sólo voto nuevo. Para mí, lo más interesante fue oír a MEO hablar del robo de cuello y corbata pero como los medios nunca han pescado lo que dice sino sólo el hecho que es un candidato novedoso y puede dañar a Frei, el tema no prendió para nada.

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  4. Igual cuando Arrate habló del cambio constitucional nadie pescó, aplausos para las minorias sexuales y los/las transexuales.

    Hay temas que se dejaron de lado: eficiencia energética,medioambiente, aborto,mujeres, ¿que ondis? ahhh mañana es el debate en temas de mujeres...

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  5. Temas de mujeres! No existe tal cosa, a menos que se trate de las donasept. Lo peor que pueden hacer las mujeres es sacar a los hombres de esos temas en lugar de involucrarlos ¿Desigualdad de ingresos hombres-mujeres? Eso es tema laboral transversal ¿Planes caros en ISAPRES por edad fértil? Eso es tema salud privatizada. ¿Salas cunas en las empresas? Tema laboral de hombres y mujeres. ¿Temporeras? Tema de mujeres, de hombres, de niños, de personas mayores. Suma y sigue.

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