lunes, 31 de agosto de 2009

legalize it

Por ahí usted leyó en el periódico lo de la legalización de la marihuana en Argentina. No es tal, en Argentina no se promulgó una ley (como sí sucedió en México hace un par de meses, como quizás ocurra pronto en Uruguay) que diga que está permitido traer consigo pequeñas cantidades individuales de droga. Lo de Argentina es una despenalización, y por la vía de la jurisprudencia.



El máximo tribun
al determinó, por unanimidad, que la detención de cinco jóvenes en Rosario, acusados de infringir la ley de estupefacientes por traer en sus bolsillos tres pitillos de marihuana, fue inconstitucional. Se trató entonces de una detención que violó el derecho de autonomía de esos jóvenes pues la tenencia y consumo personal y no ostentatorio de marihuana no puede considerarse bajo ningún punto de vista contrario a la salud pública, a diferencia del tráfico.



De ahora en más, todos los jueces de la nación trasandina deberán incorporar esa suprema interpretación de la Constitución y, por extensión, lo deberán hacer las policías. El gobierno de Cristina Kirchner, mediático y acomodaticio, anunció que emitirá un decreto de despenalización del consumo personal de marihuana. Probablemente no lo haga, ni aporta nada al poder del fallo del tribunal supremo argentino pero da una idea de la sintonía del gobier
no con los tiempos y con la juventud.



Si en Chile no fuésemos tan cagones podría darse una situación similar. Primero, se necesitaría que los volados que son detenidos por un pitillo estuviesen dispuest
os a llegar hasta la Corte Suprema para hacer valer su derecho al consumo personal. Pero, por falta de plata, para evitar la publicidad, por ignorancia, por sometimiento o por conveniencia, el asunto se resuelve en un tribunal de primera instancia que “condena” al acusado, de no ser reincidente, a asistir a terapia con un psicólogo. Así, todos contentos: no se entera el jefe del acusado, el juez condena sin pena, y el paco queda legitimado, y hay pega para el psicólogo.



En segundo lugar, se necesitaría tener, en la Corte Suprema, magistrados acorde culturalmente con los tiempos que corren. Por el contrario, tenemos una colección de jueces vetustos que se caracterizan por su conservadurismo, por su cobardía y su acomodo político.



Tercero, los gobiernos “progresistas” que nos han dirigido durante los últimos 20 años debieran atreverse a erradicar el enfoque represivo y securitario que han hecho primar respecto del tema de las drogas, sacar del ala, del CONACE, a ese personaje elemental y deplorable que es la María Teresa Chadwick, y dejar de dar tribuna a los peores exponentes de la derecha reaccionaria como son, por ejemplo, Pérez y Espina.



En Chile somos tan cagones y estamos tan acostumbrados a las falacias oficiales que, por ejemplo, estamos convencidos de que hace algunos meses atrás se prohibió el Spice, mal llamado marihuana sintética. La verdad de la milanesa es que no existen las condiciones para llevar a cabo esa medida y que el decreto que reglamenta la ley 20.000 de estupefacientes, donde vienen listadas las sustancias sujetas a control, no ha sido modificado desde hace un año y medio. ¿La razón?



La literatura internacional sobre el Spice es mínima y sus conclusiones se contradicen, el ISP carece de la más mínima infraestructura y preparación profesional para llevar a cabo estudios propios, y sin bla-blá científico verosímil no se puede justificar la incorporación del Spice en dicho decreto de semblante científico. Por lo pronto no hay material probatorio acerca de sus efectos psicotrópicos, ni siquiera se han identificado certeramente sus componentes psicoactivos, y carece de lógica leguleya prohibir ese producto en función de su nombre de fantasía.



Probablemente, el Spice no es más “estupefaciente” (concepto que la química desconoce) que una infusión de Tilo, o de Jazmín. Pero se fuma y relaja, por ende es simbólicamente asimilable a la marihuana. Pero en la práctica, a través de resquicios burocráticos, en Chile se prohibió su importación, su comercialización, su tenencia y consumo. Y la empresa que gozaba de la franquicia prefirió dar un paso atrás antes que arriesgarse a ser crucificada a través de los medios de comunicación.



Así funciona Chilito, bajo un eterno esquema de mentiras legales, de verdades mediáticas, de connivencias implícitas, de prohibiciones arbitrarias, de ocultamiento de las discusiones. Somos el opuesto de una sociedad de personas autónomas.













Por
Hilgo Larton

lunes, 24 de agosto de 2009

Citizen puzzle namber wuan


Pinche la imágen, imprímalo y complételo. La solución el próximo jueves.






domingo, 16 de agosto de 2009

It isn't size (no es talla)

Lun en su inclaudicable búsqueda de tonteras descubrió a unas gringas que se desternillan de la risa traduciendo chilenismos al inglés, tales como "tantas lunas" (so many moons) o "hacer una vaca" (making a cow).

Ladies, lamento decirles que este ejercicio ya fue realizado por el autor de este blog (no me refiero a Hilgo Larton, quien ya lo parece) en japines, un año atrás. Claro que las traducciones alcanzadas en dicho entonces eran bastante más procaces, y por o mismo, más divertidas.


En el ejercicio anterior apareció:

  • Where do you see it = adónde la viste
  • Jump to the side = salta pa'l la'o
  • I want pure give to you = quiero puro darte
  • Dick in the eye = pico en el ojo
  • Rich it suck = Lopachu corri
  • I'm not neither hier = No estoy ni ahí
  • Pussy = chori
  • Cumb the carpet = peinar la alfombra
  • Eat him the color = Comerle la color
  • Make her the tricks = hacerle los trucos
  • Ingroup her = engrupirla
  • In lo absolutly = en lo absoluto
  • Press round = conferencia de prensa
  • Speak to the country = dirigirse al país
  • Never well ponderated = Nunca bien ponderado
  • Put it in knowledge = Ponerlo en conocimiento
How stay I, Godoy?

Falacias de forma y fondo en torno a las AFP





Por
Hilgo Larton


Al día 15 de agosto, y siguiendo la tendencia iniciada en noviembre del año pasado cuando se desató la crisis subprime, los fondos de pensiones privados chilenos (AFP) acumulan una pérdida real de casi 15 mil millones de dólares (http://www.cendachile.cl/perdidas_afp). Lo anterior alude a dinero que antes hubo en las cuentas e inversiones de las AFP y que hoy se ha ido esfumando producto de la crisis financiera mundial. Pero el discurso que se instaló en la sociedad chilena es que no se trata de pérdidas reales sino que se variaciones normales dentro del juego de las finanzas, que se recuperarán rápidamente.

Hay dos formas de instalar esta mentira y evitar que la sociedad chilena se cuestiones acerca del sistema previsional, a diferencia de lo que sucede en otros países como Argentina donde se estatizó parte de los fondos privados de previsión y jubilación, o Estados Unidos donde una reforma a la chilena no ha logrado avanzar al ritmo que quisiera el gran capital. La primera falacia consiste en poner sobre el tapete la recuperación de la tasa de rentabilidad de los fondos de pensiones y ocultar las pérdidas reales. La segunda falacia consiste en decir que los fondos de pensiones deben pensarse a largo plazo y no en lo inmediato, por lo que variaciones coyunturales tienen poca significancia.

Imaginen que se trata no de fondos sino que del crecimiento de un niño. Producto de una crisis, en su casa falta comida y el niño deja de crecer; es más, su tamaño se reduce. La madre lleva al niño al médico y éste le responde: no se preocupe porque cuando pase la crisis el niño comenzará a crecer de nuevo; es más, agrega el médico, el crecimiento del niño hay que pensarlo a largo plazo, lo importante es que tenga un tamaño adecuado cuando llegue a los 18 años. Lo cierto es que el niño no llegará a los 18 años midiendo lo que hubiese medido si nunca hubiese dejado de crecer o si nunca hubiese perdido tamaño.

Con los fondos pasa lo mismo. Hay gente en edad de jubilar que está postergando su derecho de jubilación a la espera de que su fondo tenga una recuperación que le asegure una pensión menos mediocre, lo que desmiente la falacia de que el enfoque que interesa es a largo plazo: claro, a largo plazo para los que empiezan a cotizar, no para los que llevan 30 años cotizando. Este es el escándalo de fondo.

El escándalo de forma es que hoy por hoy suena en las radios chilenas una publicidad de las AFP donde aparece la actriz Delfina Guzmán convenciendo al público chileno de estas dos falacias que se inventaron para ocultar la realidad del sistema previsional chileno, evitar su reforma, limitar sus garantías y frenar el desarrollo de una AFP estatal. Delfina Guzmán, sin lugar a dudas, se dejó convencer por su hijo, ex Ministro de Hacienda de Lagos. Delfina Guzmán olvidó, sin lugar a dudas, que cuando era una de las figuras del Teatro Ictus y un rostro de la resistencia en contra de la dictadura, denunciaba la expropiación de los bienes sociales llevada a cabo por la dictadura, y donde la privatización de los fondos previsionales era el mejor ejemplo de aquello.

martes, 11 de agosto de 2009

Lili pro vida, pro pena de muerte





Por
Hilgo Larton


Los caminos de Dios llevaron a El Citizen Almeida a obtener copia del original con control de cambios de la Carta al Director que la parlamentaria Lili Pérez (RN) publica en el Mercurio del día 7 de Agosto llamando a reponer la pena de muerte en Chile. (http://blogs.elmercurio.com/columnasycartas/2009/08/07/pena-de-muerte-i.asp). El Citizen, protegiendo a sus fuentes periodísticas, se limita a informar a UD. que este inédito documento proviene de un corrector de estilo del comando del candidato presidencial Sebastián Piñera.

“Señor Director:
[...].

En el año 2001, los chilenos [bien criados] fuimos testigos de la firma [por parte del come guaguas de Lagos] del decreto que derogó la pena de muerte, tras 126 años de presencia de la pena capital en nuestra legislación [en especial durante el memorable período de receso legislativo entre la caída del comunismo chileno-cubano y el término del glorioso gobierno del Presidente Pinochet].

Quiero ser categórica, pues yo voté [iluminada por la trinidad] en contra de su término y desde un principio fui [devota y] clara en precisar que para los delitos como violación con homicidio [en contra de un hijo de Dios, maltrato animal y distribución de anticonceptivos] era importante que se hubiese mantenido este [sacrosanto romano] castigo, ya que existe un importante porcentaje de reincidencia de los sujetos [marxistas] que cometen ese tipo de delitos y donde no podemos hablar de mentes [católicas] sanas.

Antes de ser parlamentaria, soy mujer y madre[, no como las parlamentarias izquierdosas que le dan condondes a sus hijos y pastillas del día después a sus hijas]. Me coloco en el lugar de todas aquellas mujeres que han sufrido el abuso de sus hijos [no militantes o simpatizantes de grupos extremistas] y, peor aún, han visto perder la vida de ellos en manos de [ateos] desquiciados y, realmente, da mucha impotencia; ese dolor es tan inmenso y genera una especie de efecto dominó, pues se ve afectado el núcleo familiar [del que carecían los miristas, comunachos y mapulentos], el entorno más cercano y la sociedad entera [bien nacida], pues la crueldad es tan grande que provoca conmoción nacional [de la de veras, no como la fábula de los detenidos desaparecidos que sólo sirve para sacarle plata al fisco].

Creo que es hora de echar una mirada [beatífica] a la ley que derogó la pena de muerte y proponer derechamente [y como buenos derechistas] la modificación a la norma, para hacer que la pena capital actúe en casos tan terribles como el ocurrido con la pequeña Francisca, quien tenía toda una vida por delante [a diferencia de los upelientos que igual hubiesen muerto pronto porque se mataban como ratas]. Acá, claramente, existe un fracaso de la ley y de los planes de rehabilitación, que no han resultado [lo suficientemente evangelizadores] así como en los casos del Sename, donde hay que hacer un trabajo desde la raíz[, la fe y la parroquia].

Recordemos que las principales potencias mundiales, como Estados Unidos[, China y Corea del Norte], aún contemplan la pena de muerte en su legislación, varios de ellos en casos excepcionales [como el desacato a la autoridad o la traición a la patria]. A mi modo [creyente y piadoso, valga la redundancia,] de ver las cosas, [Piñera y] Chile perfectamente podría[n] iniciar la apertura de la norma y hacer una salvedad[, o dos, o diez]. Creo que es hora de que el [programa de] Estado [del candidato aliancista] se ponga [los pantalones y esté] realmente en el lugar de quienes [apolíticamente] han tenido una pérdida de esta naturaleza.

Lily Pérez San Martín”

miércoles, 5 de agosto de 2009

Cisarro: ¿vivo o gil?





Por
Hilgo Larton


Siento estima hacia el Cisarro. No quisiera tenerlo saltando la pandereta de mi casa pero respeto su testimonio. En Chile, más del 20% de los niños y adolescentes vive en la pobreza (CASEN 2006). De éstos, una ínfima parte delinque; la gran mayoría acepta, quizás con impotencia, que les tocó vivir en un mundo extremadamente desigual y en una sociedad cuya moral promueve el consumo y la iniciativa individual -para la cual se necesitan capitales que no tienen- por sobre el bienestar colectivo y la responsabilidad social.

En los bajos fondos se distingue entre giles y vivos. Los primeros son los que aceptan su lugar mediocre dentro de la sociedad y se comportan conforme a las leyes, van a la escuela, trabajan en donde haya pega, cobran lo que les paguen y paran la olla como puedan. Los segundos son los que no aceptan el condicionamiento material de la pobreza y buscan mejores alternativas económicas en el campo de la ilegalidad. Erróneamente se les llama “antisociales”, como si la legalidad fuera consustancial al orden social. En realidad construyen otro orden social, uno en el que se intenta superar la paradoja de la incitación al consumo cuando no se tiene recursos y de la legalidad inmoral que le subyace. Los que tenemos certeza de que cenaremos ésta y todas las noches, los que tenemos capacidad de ahorro, los que accedemos al consumo tecnológico, etc., debiésemos sorprendernos no de que haya casos como el del Cisarro, sino de que no los haya en mayor número. Debiésemos sorprendernos de que haya gente que opte por ganar un indecente salario mínimo para alimentar a la familia en lugar de vender pasta en su población.

Pero éstos son debates demasiado profundos para la opinión pública chilena... son discusiones políticas y económicas que hace muchos años fueron desterradas del debate público y para cuya negación han sido programadas varias generaciones de periodistas. Hoy lo que interesa es la espectacularidad cinematográfica de las fechorías del Cisarro y la inoperancia de los sistemas de rehabilitación social. ¡Miren que con terapias íbamos a corregir la marginalidad! No nos sorprendamos si, en media o en una década más, empezamos a hablar del problema de las maras chilenas, cuando ya no se trate de casos puntuales de niños delincuentes y de pandillas urbanas sino que de todo un orden social paralelo que no tiene freno. O redistribuimos ahora -riqueza, oportunidades, derechos, pertenencia simbólica- o en diez años más empezaremos a matar pobres a granel como hacen en Brasil, en México, en Colombia o en Centro América.

martes, 4 de agosto de 2009

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Citizen Almeida by Andrés Almeida is licensed under a Creative Commons Atribución-No Comercial-Sin Derivadas 2.0 Chile License.